Gráciles niñas flotando en rosa sobre sus tutús, es la imagen idílica de una disciplina que exige un esfuerzo y un sacrificio mucho mayor del que podemos imaginar. Aunque películas como ‘Billy Elliot’ o la más reciente ‘El cisne negro’ han ayudado a mostrar a la sociedad una imagen más aproximada de lo que es realmente el ballet, lo cierto es que sigue habiendo una idea distorsionada de lo que implica, y cuando unos padres piensan en un deporte para sus hijos, especialmente si son chicos, el ballet es lo último que se les pasa por la cabeza.
Como cualquier otra práctica es importante que el niño se dirija a ella de buen grado, lo que sucede con el ballet es que las niñas acaban yendo porque estarán muy guapas con el trajecito, en cambio los niños que hacen ballet sí suelen mostrar una mayor predisposición.