Acetona en los niños y bebés

Además de un compuesto químico que podemos encontrar en el supermercado, la acetona o cuerpos cetónicos, son unas sustancias que fabrica el hígado cuando la glucosa está bajo mínimos. El organismo necesita la energía que extrae de la glucosa y si no tiene bastante la obtiene de las grasas. Por tanto la presencia de acetona en el organismo indica que las células no pueden convertir la glucosa en energía o que la que hay no es suficiente para funcionar.

Se trata por tanto de un trastorno del metabolismo no de una enfermedad en si misma, aunque si el problema para transformar la glucosa en energía es debido a una diabetes, sí que hablaríamos de la acetona como una de las consecuencias de esta enfermedad.

Pero el organismo de los niños puede estar bajo de glucosa por diversos motivos, no hay que olvidar que en esta etapa de crecimiento necesita mucha más cantidad de energía y sus reservas de glucosa son más limitadas que las de un adulto.


La acetona se produce de forma natural en los niños


Por eso es habitual que después de una gran actividad física o de un periodo de ayuno provocado por una enfermedad, el cuerpo tenga que recurrir a las grasas para obtener esa energía extra que necesita y no sufrir una bajada de azúcar.

Es en esos casos cuando se fabrica la acetona, que no son más que los desechos tóxicos de este proceso que circulan por la sangre y se eliminan por la orina. Detectaremos la presencia de acetona en nuestro hijo gracias a que su aliento presentará un olor muy característico, muy similar al de las manzanas ácidas, este olor se manifestará desde que se despierte por la mañana. Puede haber otros síntomas como el dolor de estómago, un aumento de la sed, cansancio, vómitos y malas digestiones.


Tiras reactivas a la acetona en la orina


Para comprobar que este es el problema de nuestro hijo venden en las farmacias unas tiras que reaccionan con la orina mostrando la presencia de esta sustancia. Es necesario eliminarla ya que si se presenta en grandes dosis es tóxica para el organismo. Del mismo modo, si después de tratarla se mantiene más de 24 horas será necesario consultar al médico ya que puede ser un síntoma de otra enfermedad más grave como la diabetes o el hipertiroidismo.

El tratamiento no precisa de medicación solo habrá que ofrecer al niño zumos con azúcar, fruta y alimentos ricos en glucosa, eliminando las grasas de la dieta. De este modo el niño volverá a obtener la energía que necesita de la glucosa y no de las grasas. Para aumentar los depósitos de azúcar se pueden optar por soluciones caseras como sueros que se le darán al niño hechos a base de agua mineral, azúcar, zumo de limón y un poco de sal, con el que se consigue reducir el nivel de acetona en la sangre.

Los padres deben saber que hay situaciones que propiciarán la acetona como el ayuno, la alimentación rica en grasas o la fiebre y los esfuerzos físicos prolongados. Por tanto ante ellas deberán actuar suministrando a los niños los aportes extra de azúcar que necesite.