Riesgos para bebés y niños diabéticos

Cuando el cuerpo no produce o no utiliza bien la insulina, la glucosa que se obtiene de los alimentos y que es necesaria para suministrar de energía al organismo, se acumula sin control, no tiene la ayuda de la insulina para regularse y se produce un exceso que conlleva consecuencias como lesiones en los riñones, en los ojos, enfermedades cardiacas o derrames cerebrales.

Todo ello es muy peligroso para quien la padece, especialmente si hablamos de los más pequeños.

Lo primero de todo será detectar la enfermedad, un análisis de sangre será el método más preciso, esta prueba se realizará en el caso de que haya antecedentes familiares que hagan sospechar que el bebé pueda ser diabético. Pero hay casos en que la enfermedad no se detecta ya que no se realizan las pruebas por no considerarlo necesario, en este caso habrá que estar atento a los síntomas. Un indicador claro es la obesidad infantil, ese exceso de glucosa hace que el niño acumule grasa por lo que si no hay otras causas se pueden realizar las pruebas pertinentes.


La diabetes es una enfermedad crónica: no tiene cura


La diabetes no tiene cura por lo que el tratamiento se deberá mantener durante toda la vida. Cuanto antes se detecte mejor será para la salud de los afectados, pero si hablamos de niños o bebés habrá que tener precauciones extra.

Los niños deben saber desde el principio cual es su enfermedad y que requiere de una dieta, unas pautas especiales y puede que de medicamentos, todo dependerá del tipo que sea. El niño debe hacerse responsable y saber reaccionar ante una posible crisis, pero todo ello se tiene que hacer de forma normalizada tanto en casa como en la escuela. No se trata de que se sienta diferente si no de adaptarse a una forma de actuar concreta.

Un niño diabético puede experimentar subidas o bajadas de azúcar. Debe saber que en el primer caso tendrá sed, en cambio si disminuye sentirá temblores, sudoración e incluso desvanecimientos, por tanto su entorno debe estar preparado para actuar y él mismo tiene que conocer sus síntomas y sentirse dueño de la situación.


Problemas asociados a la diabetes


Los niños diabéticos y sus familias tienen que tener cuidado ante posibles heridas o accidentes, su sistema inmune es más débil, cicatrizan peor y están más expuestos a las infecciones. La diabetes lleva asociados también problemas de corazón, renales o en la vista. Todo ello hace necesario extremar los controles en edades tempranas.

Es muy aconsejable llevar una vida activa. Los niños que realizan deporte queman de forma efectiva ese exceso de glucosa, es necesario también llevar una alimentación lo más sana posible, evitando azúcares y otros productos ricos en grasas.

Se puede intentar prevenir la diabetes alimentando a nuestro bebé con leche materna, cuidando lo que come y fomentando una vida sana y activa. Ante la presencia de la enfermedad se tratará de transmitir al niño esa forma de vida y hacerlo responsable de su problemática sin que ello le acabe condicionando.