Alergia: niños y bebés alérgicos

Las alergias con muchas y variadas, al polvo, al polen, a los gatos, al huevo, a la proteína de la leche… Se trata de una reacción exagerada del organismo ante determinadas sustancias, bien sea por tocarlas, olerlas o ingerirlas. Es probable que se den varias en una misma persona y sus síntomas también variarán de una a otra, desde rinitis hasta diarreas pasando por conjuntivitis, eccemas o asma.

Así, una de las preocupaciones de los padres es averiguar si su hijo es alérgico, en qué grado y como le puede afectar esto en su desarrollo.

Lo primero que hay que saber es que ningún bebé nace alérgico, ya que no ha tenido contacto con ninguna sustancia. Lo que si que suele haber es una predisposición genética, por lo que los padres alérgicos deberán estar especialmente alerta.


Primeros síntomas de las alergias


Los primeros síntomas se empezarán a manifestar tras un tiempo de exposición al alérgeno en cuestión, bien sean ácaros, frutos secos o huevo. Una vez aparezcan se manifestarán siempre que se entre en contacto con el elemento en cuestión. Pese a que como hemos visto, las reacciones pueden ser muy variadas una pista la ofrecen las dermatitis atópicas en los más pequeños. Si un bebé manifiesta este tipo de problema de la piel cuenta con mayor predisposición a resultar alérgico. Otra señal en los niños son las reacciones exageradas ante la picadura de un insecto.

Para salir de dudas lo mejor es evitar la exposición a la fuente de la alergia hasta que el diagnóstico médico ofrezca sus resultados. Se realizan las pruebas de alergia mediante las cuales se inyectan al niño en el brazo varios alérgenos para ver a cual reacciona. Según el tipo de alergia se seguirá uno u otro tratamiento, pero lo importante será comunicar al centro escolar y demás lugares frecuentados por el menor la existencia de esta alergia y como reaccionar en caso de una crisis.


Lo normal es que las alergias sean de carácter leve


Lo normal es que las reacciones alérgicas sean de carácter leve, pero no se puede estar completamente seguro de como va a reaccionar el organismo en según que momento o circunstancias. En los casos más graves se puede producir un choque anafiláctico, se sufren mareos, visión borrosa, bajada de tensión, dificultad para respirar y pérdida de consciencia, todo ello puede derivar en una parada cardio respiratoria. Por eso es importante que los padres y cuidadores estén entrenados y sepan como actuar en caso de que se produzca un hecho de este tipo.

Por lo demás, si se evita el contacto con los elementos perjudiciales, el niño alérgico puede llevar una vida completamente normal. Habrá alergias que requieran un mayor trabajo, es el caso de la alergia a los ácaros del polvo, que además es una de las más comunes y la causa de asma más frecuente entre los niños. En este caso la limpieza será imprescindible, colchones, peluches, alfombras, cortinas… Lo mejor es eliminar de su habitación todos los elementos susceptibles de acumular ácaros y limpiar a menudo y a fondo el colchón, además de mantener la casa impoluta.