El estrés es una reacción de nuestro organismo ante situaciones que se perciben como amenazantes, fuera de nuestro control o muy exigentes. No hay que confundirlo con una enfermedad, de hecho ciertas dosis de estrés son necesarias para motivar a hacer las cosas. El problema es que este estrés en grados elevados puede acabar generando una tensión continúa que sí puede derivar en enfermedades como trastorno de ansiedad o trastorno obsesivo-compulsivo.
Al hablar de personas estresadas solemos pensar en adultos con una sobrecargar de trabajo o que pasan por una tensa situación familiar, pero lo cierto es que esa respuesta del organismo ante nuevas situaciones es la misma, se tenga la edad que se tenga, y por tanto también podemos encontrar niños con estrés.