Qué hacer cuando tu hijo tiene cólicos

Lloran como si les fuera la vida con el consiguiente desespero de sus padres. Los cólicos son ese momento temido por los padres durante el cual su bebé de pocas semanas llora sin consuelo varias horas seguidas y varios días a la semana. Es una etapa muy dura que pese a ser muy ‘escandalosa’ no lleva aparejada repercusiones posteriores para el bebé.

El resto del día el niño está sano y feliz, crece y toma peso de acuerdo a su edad, pero durante esos ratitos al día es mejor armarse de paciencia y conocer una serie de técnicas y remedios que nos pueden ayudar a calmar a nuestro hijo.

No existe un motivo claro por el cual los bebés tienen cólicos, puede ser porque su aparato digestivo todavía está en proceso de adaptación, porque les sienta mal algún componente de la leche materna o maternizada o simplemente porque es la forma que tienen de ir acoplándose a su nuevo medio ambiente. El caso es que seremos los padres los que deberemos encontrar la mejor fórmula para que la situación sea lo más llevadera posible para ambos.


La alimentación tiene mucha influencia en la aparición de los cólicos


Lo primero que se suele hacer ante los cólicos es cambiar la alimentación. Si el niño se alimenta con leche materna deberá ser la madre la que cambie su dieta, si toma cafeína, bebidas estimulantes o alimentos que puedan provocar un sabor que no agrade al bebé, deberá de cambiar buscando aquello que le siente mejor a su hijo. Hay alimentos que provocan gases, lo mejor será evitarlos ya que todo lo que comamos acabará afectando a la leche que le transmitimos al niño. En el caso de las leches maternizadas se puede probar a cambiar de marca hasta que encontremos aquella más adecuada.

Junto a la alimentación está la forma de alimentar al niño. Si hablamos del pecho hay que evitar que el niño tome aire al succionar del pezón, para ello deberemos colocarlo de forma adecuada y hacerlo eructar a menudo para evitar que ese exceso de aire acabe provocando molestias al bebé. En el caso de los biberones habrá que tener en cuenta el orificio de la tetina a fin de que no sea ni muy grande ni muy pequeño, para evitar también que coma muy deprisa o que tenga que hacer demasiado esfuerzo. Lo ideal es que caigan unas cuantas gotas de leche fácilmente en pocos segundos.


Darle masajes y cogerles en brazos son los mejores tratamientos


Junto a la alimentación es importante masajear al niño, además de ser una actividad que le relaja y le mantiene en contacto físico con sus padres, ayudará a que los gases no se acumulen y facilitarán su expulsión. Existen varias técnicas que se pueden aplicar, las clases de preparación al parto son un buen lugar para aprenderlas, en general se basan en dar masajes suaves y circulares sobre el abdomen del niño en el sentido de las agujas del reloj.

Cogerlo en brazos es algo que les suele gustar y calmar, hay posiciones que han demostrado ser especialmente útiles, mecerlo boca abajo apoyado en nuestro brazo suele ser efectivo. Habrá otros niños que se calmen con música, con la oscuridad o con un ruido sordo y constante. Con paciencia y calma los padres acabarán averiguando que es lo más adecuado, y tranquilos, esa etapa también pasará.