Meningitis en los niños y bebés

La meningitis era hace unas décadas una de las enfermedades más temidas en los niños ya que solían ser mortales. Hoy en día gracias a los diversos tratamientos médicos se curan muy bien, aunque pueden dejar algunas secuelas.

Las meninges son tres capas de tejidos que cubren el sistema nervioso central, esto es, el cerebro y la médula espinal, cuando se inflaman hablamos de meningitis.

Cuando se inflaman dejan de cumplir su misión principal: asilar y proteger estos órganos vitales en el ser humano.

Distintos tipos de bacterias pueden producir estas inflamaciones, es el caso del neumococo y otros similares. Estas bacterias se producen normalmente por un simple resfriado que si se combina con un sistema inmunológico débil puede derivar en una meningitis, la neumonía o la tuberculosis pueden también acabar en meningitis. En el caso de ser la causa un virus hablaríamos de meningitis vicias (las cuáles tienen frecuentemente un mejor pronóstico).


Síntomas de meningitis en bebés y niños


Lo más complicado es detectar los síntomas ya que pueden variar de uno a otro bebé. Una de las señales más claras es notar la fontanela, el espacio blando de su cabeza, abultada o endurecida. Hay síntomas como fiebre, dolor de cabeza, vómitos, sensibilidad a la luz, manos y pies fríos, rigidez en el cuello o sarpullidos y manchas en la piel, que pueden indicar un problema de este tipo. Lo mejor es acudir al pediatra para que haga un diagnóstico preciso. En los bebés es difícil detectar estas señalas, puede que se le note cansado, irritado y no quiera comer, si a esto se le une fiebre y vómitos la visita al médico debe ser inmediata.

El tratamiento es más efectivo cuanto antes se detecta la enfermedad, si esta evoluciona sin la necesaria atención puede tener consecuencias graves como sordera, retraso mental y muerte, en los casos que no se atienden. De todas formas las meningitis son bastante raras, por lo que no hay que alarmarse en cuanto el bebé tenga fiebre.


La punción lumbar


Para comprobar que el niño tiene meningitis se realiza la denominada punción lumbar. Es una prueba mediante la cual se extrae líquido cefalorraquídeo, está presente en las meninges y es el encargado de alimentar al sistema nervioso central. De esta prueba se determina si la meningitis está causada por una infección bacteriana o viral, para poder aplicar el consiguiente tratamiento. Este consiste fundamentalmente en antibióticos y debe comenzar lo más pronto posible para evitar secuelas.

El que haya o no consecuencias tras la meningitis estará determinado por el tipo de agente que la causó, si es más o menos agresivo. También dependerá de la edad del bebé y de cuando comenzó el tratamiento, cuanto antes se inicie más probabilidades habrá de recuperarse sin secuelas. Otro factor determinante será que el niño haya tenido un cuadro anterior que pueda complicar el desarrollo de la enfermedad.

La vacunación supone a su vez el método de prevención más efectivo y recomendable, es el motivo por el cual esta enfermedad se da en pocas ocasiones. Si finalmente se contrae habrá que extremar las condiciones de higiene para evitar que se transmita al resto de la familia.