Coqueluche o Tos Ferina en bebés y niños

La tosferina, conocida también como coqueluche o tos convulsa, es una enfermedad infecciosa que afecta a las vías altas respiratorias y que es causada por una bacteria. Es altamente contagiosa y provoca una tos violenta y convulsa que puede dificultar la respiración.

La tosferina afecta especialmente a los niños menores de cinco años y aunque hoy en día existe vacuna sigue siendo una enfermedad mortal en los países del tercer mundo.

Es peligrosa sobretodo para los bebés y niños más pequeños ya que los fuertes ataques de tos pueden interrumpir la respiración, provocar pérdidas de consciencia, vómitos y convulsiones.


Transmisión y contagio de la Tos Ferina


Se transmite muy fácilmente ya que al toser la persona enferma expulsa al aire unas gotitas que contienen esa bacteria. En principio los síntomas son los mismos que los de un resfriado común y se empiezan a manifestar a la semana de haber estado expuesto a la bacteria. Es cuando han pasado entre 10 y 12 días desde la exposición cuando comienzan a mostrarse los síntomas de tos más graves y que suelen acabar con un estertor que se produce cuando se trata de tomar aire. Si además hay vómito al toser se puede pensar que se trata de tosferina. Otros síntomas que pueden acompañar a la enfermedad son la fiebre leve, la diarrea o la mucosidad.

Dado que sus síntomas se pueden confundir con los de un resfriado es difícil de diagnosticar, para salir de dudas el médico puede indicar que se analice la mucosidad para detectar la bacteria. De todos modos es habitual comenzar el tratamiento antes para evitar futuras complicaciones.

El tratamiento suele consistir en antibióticos como la eritromicina, si se dan al paciente de forma temprana son efectivos para hacer desaparecer los síntomas, pero cuanto más tarde se diagnostique menos efectividad tendrán, aunque sí serán útiles para evitar que se contagie a más personas. Lo que es un error es utilizar jarabes para la tos, expectorantes o antitusígenos ya que no sirven para estos casos.


Tos Ferina en bebés


Si hablamos de bebés la supervisión debe ser constante ya que un prolongado ataque de tos puede evitar que respiren, a veces incluso se utiliza una tienda de oxígeno y se llega a alimentar por vía intravenosa si la tos no permite la adecuada hidratación. En los niños más mayores la evolución de la enfermedad es mucho mejor.

Lo mejor para prevenir esta enfermedad es la vacunación, se suele administrar en cinco dosis desde los 2 meses y hasta los seis años. Durante un brote de tosferina, en el caso de no estar vacunados, es mejor que los niños menores de 7 años se queden en casa, alejados de cualquier posible infectado. También se recomienda que los adultos se vacunen ya que se ha confirmado un aumento de los casos en este sector de la población. Suelen confundirse con tos crónica pero en realidad son casos de tosferina que al final acaban contagiándose a niños, los cuales la sufren de forma mucho más acusada y con mayor peligro.