Beneficios del calostro en los intestinos del recién nacido

Por fin ha llegado el momento, hemos conseguido atravesar el parto con éxito y tenemos en los brazos a nuestro bebé, un pequeño con apariencia vulnerable, ahora… ¿cómo debemos ayudarle a adaptarse a su nuevo mundo.

A pesar de las dudas, la mujer está naturalmente preparada para la crianza de su bebé.

Cuando está en el útero materno, a través de la placenta, le transmite los nutrientes necesarios para su desarrollo y una vez que está fuera de su vientre, su cuerpo segrega justo aquello que su pequeño necesita para alimentarse por primera vez: el calostro.


El calostro y la lactancia materna


El calostro es una sustancia producida por las glándulas mamarias durante el embarazo y los días posteriores al parto. Está compuesto por inmunoglobinas, proteínas, agua, grasas, carbohidratos y otros componentes que le confieren un aspecto seroso y amarillento.

Podríamos definirlo como un compuesto de células defensivas de todo tipo como anticuerpos, macrófagos, leucocitos, linfocitos o inmunoglobulinas. Es el mejor alimento que el bebé puede tomar durante sus primeros días de vida, superior a la leche materna y muy superior a la artificial.

La máxima concentración de calostro la encontramos las primeras horas después del parto, pasados unos días, ya no se segregará más calostro sino leche materna. Es importante aprovechar al máximo estos momentos para amamantar al recién nacido y traspasarle todos los beneficios de esta sustancia.


¿Por qué es tan importante el calostro para los intestinos del recién nacido?


Cuando el bebé llega al mundo, su mucosa intestinal es muy delicada, permeable a cualquier microorganismo y muy vulnerable.

El recién nacido todavía no posee gérmenes en su intestino y el calostro contiene los ingredientes naturales necesarios para proteger y estimular la flora intestinal. Con ello, se evita la proliferación de microorganismos nocivos para los que el bebé aún no tiene defensas.

El futuro de la flora intestinal del bebé dependerá de lo que éste ingiera en sus primeros momentos: calostro, leche materna o suero artificial. Es muy importante que los primeros gérmenes que invadan su intestino sean los de su madre, para los que el calostro habrá proporcionado defensas, además de evitar la colonización de otros gérmenes patógenos.

El calostro deposita en el intestino bifidobacterias que son altamente beneficiosas.

Un estudio reciente (Universidad de Londres Queen Mary), ha identificado en el calostro, altos niveles de PSTI (inhibidor de la tripsina pancreática secretada), una sustancia que ayuda a crear una capa protectora en el intestino.

La PSTI evita que las células intestinales se destruyan, reduciendo las heridas intestinales en un 75%. Además, estimula las células sanas para trasladarse donde están las dañadas.

El calostro presenta una cantidad 7 veces mayor de PSTI que la leche materna y la leche artificial carece de ella.

Por sus grandes beneficios, el calostro representa el alimento por excelencia para la primera adaptación del recién nacido. A pesar de que su apariencia puede hacer dudar sobre su consistencia y capacidad para alimentar al bebé, las mamás pueden confiar plenamente en su idoneidad para cuidar, proteger y nutrir a su pequeño.