La lactancia materna es la mejor forma de ofrecer a nuestro hijo todo el alimento que necesita en sus primeros meses de vida, no solo le alimenta, además le protege gracias a los anticuerpos que le traspasa la madre y por último, pero no menos importante, con la lactancia se establece un vínculo muy especial entre madre e hijo que va a ser básico para el desarrollo emocional del bebé y para el bienestar de la madre.
Lo primero que tiene que tener claro una mujer es si va a dar el pecho a su hijo.
Es una tarea que se debe emprender de forma decidida, conociendo lo que supone y es que, pese a todas sus ventajas, exige que la madre esté en los primeros meses de vida al cien por cien con su hijo, esto es, dispuesta para darle sus tomas cuando el bebé lo precise. El reloj se debe quedar al margen y no se puede pretender, sobre todo al principio, hacer que el niño se acostumbre a nuestro ritmo, debe ser al revés. Con esto claro la madre descubrirá que la lactancia así vivida se disfruta mucho más.