La fiebre no es una enfermedad en si, es un síntoma que nos señala que algo no va bien en el organismo, normalmente tiene que ver con agentes infecciosos. Formalmente es un mecanismo de defensa (y muy bueno) contra infecciones en el cuerpo, aunque sólo es beneficiosa dentro de unos rangos de temperatura y dependiendo del tiempo.
Cuando hablamos de bebés menores de tres meses las fiebres altas de deben ser valoradas y tratadas de forma inmediata, no son muy habituales y en esta temprana edad es vital analizar su causa. Si hablamos de bebés más mayores que, además de la fiebre no muestran ningún síntoma, se puede llevar un control y visitar al pediatra para que evalúe al niño.