Con la llegada del frío hace su aparición la temida gripe y sus molestos síntomas: fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, debilidad, tos estornudos… Si todo esto resulta pesado para un adulto más todavía para un niño y sobretodo para un bebé que además ni puede expresar sus molestias ni entiende ese malestar general.
A partir de otoño se inicia la campaña de la gripe y por tanto llega el momento de extremar las precauciones, lo primero va a ser precisamente la prevención.
Hay que procurar que los niños pequeños no estén expuestos a grandes cambios de temperatura, en casa hay que mantener un ambiente agradable, sin exceso de calor y hay que vigilar también la alimentación introduciendo muchos líquidos y productos ricos en vitamina C.