Trucos para que amamantar a tu bebé sea un placer

Dar de mamar a un niño es la alimentación más sana que se le puede proporcionar, además de completa y natural. Pero, a veces, las madres se encuentran con problemas a la hora de que este proceso se desarrolle de manera fácil y agradable, tanto para el pequeño como para ellas.

En estas situaciones, es importante conocer algunos trucos que faciliten que la mujer pueda dar la lactancia materna a su bebé, y que no se convierta en una experiencia complicada para ambos.


Cómo colocar la madre y el bebé para mamar correctamente


Para empezar, algunos ginecólogos insisten en que es clave acercar el recién nacido al pecho del bebé en la primera hora después del parto.

De esta manera, se despierta su instinto innato de succión. Y es que el bebé, cuando nace, está alerta y muy despierto. En cambio, dos horas después, los niños entran en un estado parecido al letargo, en el que solo quieren dormir, y no les interesa para nada mamar.

El buen estado de los pezones es, igualmente, esencial para que la experiencia de dar de mamar no se convierta en una pesadilla para ninguna mujer. Por eso, es conveniente hidratarlos después de cada toma de pecho.

La posición del bebé a la hora de mamar también resulta clave para facilitar la lactancia. La boca del bebé debe estar bien abierta para que pueda extraer la leche del pezón, y debe ponerse mirando a la madre, y descansando el cuerpo sobre la tripa materna. En cuanto a la posición de la madre, es importante que le permita estar cómoda y relajada. Una buena opción suele ser apoyar la espalda y los brazos en una almohada.

El niño estará bien enganchado al pezón, si su cabeza, hombro y cuerpo están alineados, y no necesita estirarse, ni hacer ninguna posición rara para mamar. Así colocados, la madre debe acercar el niño al pecho, y tocar su labio inferior con el pezón, dirigiéndolo a su paladar. Se nota que todo va correcto cuando:

  • El mentón del bebé está tocando el pecho.
  • Su boca está muy abierta.
  • Su labio inferior se vuelve hacia fuera.
  • Queda más superficie de la areola por encima que por debajo de su boquita.
  • La madre no siente dolor cuando el niño succiona.


Qué ocurre cuando el niño rechaza mamar


El motivo principal para que un bebé rechace succionar la leche de su madre es por una mala postura, por tener alguna enfermedad, o porque prefiere cambiar de pecho.

Lo más frecuente es que el niño rechace mamar en ambos pechos por notar algún cambio de su madre que le haya molestado. Y puede ser algo tan sencillo como que tenga la menstruación , o que la leche tenga otro sabor por los alimentos que ha consumido ella. Suele ser algo pasajero, que solo necesita paciencia para corregirse, además de proporcionar al niño un ambiente agradable y relajado.

Si no se soluciona de esta manera, se puede optar por probar algunos trucos como untar de leche el pezón para animarle a que se agarre, o extraer la leche y ofrecérsela con un vaso o una cuchara, dependiendo de su edad.