Aborto inducido. ¿Es seguro?

El aborto inducido se define como la interrupción de un embarazo provocada de manera intencionada, independientemente del método que se use para ello.

Aunque la posibilidad de realizar un aborto inducido origina muchas discrepancias morales y legales, la verdad es que más de una mujer embarazada se puede ver obligada a interrumpir su gestación por causas médicas y/o personales.

A nivel médico, existe la posibilidad de que una mujer tenga problemas físicos relacionados con el embarazo que pongan en peligro su vida.

De igual modo, se puede ver psicológicamente incapaz de seguir adelante con el embarazo, con lo que su salud mental quedará gravemente dañada si sigue adelante con la gestación. Otra causa habitual de aborto inducido son las malformaciones congénitas graves que presente un feto.

Otros motivos para que una mujer opte porque se le realice un aborto inducido es que el embarazo sea fruto de violencia sexual, o debido a un fallo del método anticonceptivo que usa habitualmente. Si, además, vive una relación sentimental inestable o tiene problemas económicos graves, las posibilidades de que se decida por acabar con su embarazo son mayores.


Métodos médicos de aborto inducido


En las primeras semanas de embarazo, y siempre bajo control sanitario, se puede inducir un aborto por métodos químicos. Es decir, suministrando a la madre una combinación de medicamentos que den lugar a la pérdida del feto.

A veces, los médicos también optan por realizar un aborto quirúrgico. Antes de las 12 semanas de gestación se hace por aspiración del feto, pero si ha pasado este tiempo o este método no es viable, se recurre al raspado.

En las ocasiones en que un embarazo muy avanzado debe ser interrumpido para salvar la vida de la madre, se lleva a cabo un aborto inducido con un método muy parecido a una cesárea con una incisión menor.


Abortos sin control sanitario


Algunas mujeres optan por someterse a un aborto inducido sin control médico. Debemos dejar muy claro que, a parte de ser algo que puede ser ilegal, puede resultar muy peligroso. Todos los abortos deben ser realizados por un profesional, y en condiciones asépticas, para garantizar que la mujer no tenga consecuencias negativas para su salud. Una embarazada que haya decidido abortar en condiciones insalubres debe ser consciente de que puede tener complicaciones tan importantes como infecciones, hemorragias y daños en el útero, causantes de infertilidad a largo plazo.

Hay que tener en cuenta que un aborto clandestino no se practica siguiendo los procedimientos básicos en cualquier intervención sanitaria, incluyendo anestesia general, oxigeno y monitoreo de la paciente, para evitar cualquier tipo de riesgo.

Las estadísticas acerca de la incidencia de abortos inducidos, ilegales e inseguros, en el mundo son realmente terroríficas. De hecho, se calcula que son la causa principal de unas 600 mil muertes al año en todo el mundo, y que una de cada ocho muertes relacionadas con el embarazo se debe a un aborto de este tipo.

Cualquier mujer que decida someterse a un aborto, debe asegurarse de que se le efectuará con todas las garantías, incluyendo el método que se usará, el profesional que lo llevará a cabo y la posibilidad de un monitoreo, en caso de que se use anestesia general.