Infección en la etapa del puerperio

Tras el parto, durante la llamada etapa puerperal, puede que la mujer sufra una infección y que pueden afectar tanto al útero como a la vagina, los tejidos contiguos e incluso los riñones. Se produce una inflamación generalizada o localizada y suele desarrollarse en los quince días tras el alumbramiento, ya que el cuerpo de la mujer, y en especial esta zona, sufre mucho durante el embarazo y especialmente en el parto.

Es muy común que se manifieste en el útero como consecuencia de la endometriosis, es decir, de la inflamación de la zona que reviste el útero o también por flebotromosis, que ocurre cuando se hinchan notablemente las venas de este órgano.

En estos casos suele aparecer a los cuatro o cinco días del parto y de forma brusca, por lo que la mujer empezará a encontrarse mal repentinamente.


Las infecciones durante el puerperio deben ser atendidas siempre por el médico


Es importante que se le ponga solución cuanto antes, ya que, a menudo, si no se controla dicha infección, acaba afectando a todo el aparato genital. En los casos en que la infección se localiza en la vulva, sufriendo entonces la mujer una vulvitis, suelen manifestarse los primeros síntomas poco después del parto, ya que, se produce como consecuencia de desgarros en el momento de dar a luz.

También hay otras fuentes de donde puede proceder la infección, tales como infecciones de la herida tras el parto, ya sea cesárea o episiotomía, mastitis, infecciones del tracto urinario, rotura prematura de las bolsas, complicaciones de carácter respiratorio provocadas por la anestesia e incluso por flebitis pélvica séptica. También en ocasiones se produce por la falta de higiene en la zona genital.

De un modo u otro, los síntomas más comunes que demuestran la existencia de una infección son, entre otros, dolor de cabeza, así como dolores musculares, falta de apetito y sensación de nausea, dolor en la zona de la barriga, flujo vaginal con mal olor y aspecto turbio y, en la mayoría de los casos, fiebre y escalofríos que le hacen sentir un malestar general.


Tratamiento de las infecciones más comunes durante el puerperio


De este modo, en caso de que se produzca dicha infección, la mujer deberá tomar antibióticos, así como analgésicos para calmar los dolores. En cuanto a la fiebre habrá primero que comprobar si se debe a una infección, ya que hay otras causas posibles. De este modo, tras una exploración, el médico le indicará qué hacer y le prescribirá antipiréticos, siempre que supere los 38ºC y se prolongue durante dos días, especialmente en la primera semana tras el parto.

Así, aunque normalmente la infección remite tras siete o diez días de tratamiento, hay casos, en que finalmente se complica y pueden producirse coágulos en las venas de la zona pélvica, cicatrices e incluso provocar infertilidad. Aun así, suele controlarse y, en caso de que ocurra, con los fármacos adecuados, la mujer se sentirá bien pronto y podrá disfrutar de esta nueva etapa con su pequeño. Aunque sufra este problema, tan común en el posparto, poco a poco comprobará cómo su cuerpo vuelve a la normalidad y se recupera de los cambios que ha sufrido su organismo durante los meses anteriores.