El impacto del autismo en la familia

El diagnóstico de que un niño sufre autismo es un duro golpe para la familia, que a partir de ese momento deberá asumir que su hijo necesita unos cuidados especiales muy importantes

El autismo es una enfermedad del cerebro, que afecta al niño a nivel de conducta, de lenguaje y de comportamiento social.

Incide más en niños que en niñas, y no tiene ninguna relación con el coeficiente intelectual del pequeño.

Una de las primeras cosas que hace pensar que un niño pueda ser autista es sus problemas de interacción con la gente que le rodea, incluida su madre. De hecho, prácticamente no habla, y le cuesta establecer cualquier tipo de contacto.

Otra de las cosas que llama la atención de un niño autista es que lleva a cabo actividades y movimientos de forma repetitiva durante horas. Además, adoran la rutina hasta el punto de que se pueden enfadar y/o entristecer si se les rompe los esquemas habituales en los que se mueven.

El manejo de los sentimientos es otro de los factores que distingue a un niño autista. Le cuesta reconocer tanto los suyos como los de los demás, y ni siquiera buscan consuelo si tienen algún problema.


El impacto del autismo en la familia


A parte de los graves problemas que representa el autismo para el desarrollo del niño, hay que decir que esta enfermedad no tiene cura. Por lo tanto, la familia debe asumir muchas cosas en cuanta recibe un diagnóstico de autismo. Esto tiene un impacto muy fuerte tanto en los padres como en el resto de personas del entorno de un autista.

En primer lugar, muchos padres reaccionan sintiéndose culpables por la enfermedad de su hijo, y pueden caer en la depresión por sentirse impotentes al no saber como manejar la situación. En muchas ocasiones, esto deriva en un aumento de tensión en la relación, que llega a convertirse en causa de divorcio.

El impacto de un caso de autismo en la familia también es importante a nivel económico, ya que representa tener que enfrentarse a muchos gastos médicos, y de terapias de todo tipo, que les han de ayudar a progresar en su independencia.

Los hermanos del niño autista también sufren las consecuencias de la enfermedad. La situación del pequeño hace que los otros hijos sanos, en muchas ocasiones, se vean relegados a un segundo plano.


Una situación familiar crítica


En resumen, se puede decir que tener un hijo con autismo es una experiencia muy dura para una familia, que provoca sobretodo muchas tensiones en todos sus miembros.

Para empezar, deben enfrentarse con el miedo a lo desconocido, ya que muchos padres han oído hablar de esta enfermedad pero, ni mucho menos, tienen datos concretos del grado de discapacidad que puede representar para sus hijos. Esta sensación se puede aliviar en buena manera con la ayuda que ofrecen los grupos de apoyo de familias con el mismo problema.

Además, hay que tener en cuenta que el autismo no impacta solo en la familia cuando se tiene el diagnostico definitivo de la enfermedad. A medida que el niño va creciendo, tendrán que enfrentarse a otras etapas igual de duras, o quizás más. La escuela, la adolescencia y la llegada a la época adulta son momentos especialmente complicados para cualquier autista y su familia.