¿Está mal que mi hijo se duerma mirando la tele?

Para muchos padres, la tele no es una simple herramienta de ocio, a la que sus hijos pueden dedicar un rato para distraerse. Muchos la usan como un canguro, para conseguir que sus hijos no ‘molesten’ durante toda la tarde, y otros tantos colocan a sus hijos delante del televisor para conseguir que se duerman.

Lo primero que los expertos objetan a que un niño se duerma mirando la tele, es que ésta no debe concebirse nunca como un entretenimiento en solitario, sino que debe ser un momento de ocio compartido en familia.


La tele como hábito de dormir


Pero éste no es el único problema , ya que la costumbre de ver la tele como manera de dormir puede hacer que muchos niños se duerman más tarde, con lo que su despertar puede ser muy malo y, en consecuencia, su rendimiento del día siguiente también.

Los padres deben ser conscientes de que un niño nunca apagará la tele por si mismo, con lo que permanecerá despierto hasta que el sueño le venza, y esto siempre será más tarde de lo recomendable como hora de dormir de un niño.

Tanto adultos como niños, somos animales de costumbres. Por lo tanto, si un niño ha adquirido el hábito de acostarse viendo la tele hasta quedarse dormido, es muy difícil que deje de hacerlo porque, simplemente, sus padres se lo digan.


Cómo cambiar el hábito de un niño


Los adultos deben ser conscientes de su responsabilidad a la hora de inculcar a su hijo normas positivas para su salud. Por lo tanto, deben corregir el hábito, si es que ya ha sido adquirido, de dormir con la tele encendida.

Evidentemente, el niño no lo aceptará con facilidad, y le costará adaptarse a este cambio tan importante para él. Por eso, es necesario que los padres trabajen juntos para conseguirlo, y sean capaces de mantenerse firmes en su postura, hasta conseguir que el pequeño se adapte a sus normas.

No hay que olvidar que no es solo un problema de ‘obediencia’ a unas reglas establecidas por los padres, sino que es una cuestión de salud para los niños. Los pequeños necesitan dormir para regenerar su energía, y estar en plena forma al día siguiente para reanudar sus actividades.

El proceso para conseguir que los niños se desenganchen de la tele a la hora de dormir, es no hacerle el mínimo caso a sus quejas y establecer un horario fijo para que se vaya a dormir, que deberá cumplirse siempre, salvo contadas excepciones de días de diversión.

Hay que explicarle de manera directa que deberá acostarse cada noche a las 9, porque es lo mejor para él, y que solo podrá ver un rato concreto de tele antes de meterse en la cama. Y, una vez establecidas estas pautas, los padres deben mantenerse firmes en ello. Esto puede representar unos días de agobio familiar, pero en estos momentos hay que pensar las consecuencias positivas que puede tener esta decisión a la larga en la vida familiar.