Se entiende por autoestima la imagen que tenemos de nosotros mismos. Esta actitud interior es la que nos hace avanzar hacia nuestros objetivos, la que nos impulsa a realizar nuevas tareas, es el recurso que tenemos para desarrollarnos. Que el niño desarrolle una visión positiva de si mismo se convierte así en algo imprescindible para que tenga un desarrollo adecuado.
La autoestima no es como las neuronas, no nacemos con una cantidad concreta.
Si es cierto que por herencia genética podremos estar predispuestos a tener una autoestima más alta o más baja, pero es algo que fundamentalmente se va a desarrollar a lo largo de la vida, especialmente en las edades más tempranas.