¿Somos responsables de la baja autoestima de nuestros hijos?

La respuesta más clara es sí, los padres tienen un papel vital en el desarrollo de la autoestima de sus hijos, para bien y para mal. La autoestima es la imagen que uno tiene de si mismo, pero esa visión no se fabrica de la nada. Desde que nacemos nos hablan, nos miran y nos tratan de una manera determinada.

Nos hacen sentirnos queridos o ignorados, incluso no deseados. Esas proyecciones no dejan indiferente a nadie y menos a un bebé. Si nadie le besa, le abraza, le dice que le quiere y que es válido y hermoso, crecerá sin saber qué es eso y cuando comience a reconocerse como un ser independiente no sabrá valorarse a si mismo ya que nadie lo ha valorado antes.


La autoestima no es fija, sino que varía con el tiempo


La autoestima no es algo fijo, ese mismo niño cuando vaya al colegio comenzará a relacionarse con educadores y compañeros, puede que entonces se sienta valorado y la imagen que tiene de si mismo mejorará. Así, un niño con baja autoestima no está predeterminado a ser una persona insegura y que no se valora, dependerá de las relaciones que establezca a lo largo de su vida. Pero si las primeras personas con las que se relaciona, sus padres, no fomentan una imagen positiva de si mismo le será más complicado establecer relaciones positivas ya que su carácter habrá sufrido las consecuencias.

Por tanto el papel de los padres es determinante, aun así no se puede dejar de lado la personalidad del niño. Hay niños más positivos que otros y que pese a la falta de atención en casa, acaban siendo capaces de verse a si mismos con buenos ojos, puede que un simple halago del profesor sea suficiente para levantarle el ánimo y empezar a apreciarse. En cambio otros serán muy críticos consigo mismos y no conseguirán ver su lado bueno.


Los padres tienen un influencia superlativa en sus hijos


Dado el papel de los padres en este proceso, es importante que tengan presente que todo aquello que hagan o digan acabará influyendo en como se ven sus hijos. Será necesario animarlos, transmitirles amor y comprensión y hacer que se vean a si mismos como seres capaces y dignos, y todo ello desde que son pequeños. Con una base sólida el niño tendrá la fortaleza para enfrentarse mejor a todas las situaciones de la vida, no se hundirá ante las críticas o los rechazos ya que no pensará ‘es verdad, me lo merezco’, si no ‘no tienen razón, yo si puedo, yo si valgo’.

Los altibajos en la autoestima de nuestros hijos van a ser constantes, igual que lo son en los adultos, no siempre que nos miramos al espejo descubrimos la mejor imagen. Lo importante será dotarles de las herramientas que les permitan salir más fácilmente del bache y volver a la carga. Para ello hay inculcar en ellos ese sentimiento de ‘poder’ y hacerlo es muy fácil, solo se trata de transmitirles amor desde el momento que llegan a nuestra vida.