La fimosis es un problema masculino que impide que el prepucio del pene pueda retraerse y, por lo tanto, la exposición total de la punta del pene. Esto se debe a que la piel que lo recubre es tan estrecha que, incluso, presenta adherencias.
Cuando un niño es recién nacido, no tenemos porque pensar necesariamente en que tiene una fimosis que deba ser operada.
De hecho, en la primera infancia y relacionado con la evolución de los genitales, lo más normal es que presente el prepucio enganchado, y que éste no pueda tener una buena retracción.
Esta situación cambia por si sola con el paso del tiempo, y lo normal es que, antes de los 3 años, el pequeño ya haya cumplido esta trayectoria normal de fimosis, y tenga una buena retracción de su pene. Si no es así, hay que consultar a un médico.