El masaje es una de las actividades más agradables y saludables que se puede practicar a cualquier persona. El masaje relaja, elimina estrés y tensiones pero además, el hecho de masajear el cuerpo es bueno para activar la circulación sanguínea y fortalecer músculos y tejidos. Más allá de estas razones lo que realmente da valor a los masajes si hablamos de bebés y niños es el contacto físico con sus padres, esto le aporta una dimensión emocional ya que no solo se trata de beneficiar físicamente al niño, sino de fortalecer el vínculo con sus padres.
El masaje va a depender mucho de la edad del niño y de lo que pretendamos conseguir con él.
No va a ser lo mismo dar un masaje a un recién nacido que a un niño de cinco años con dolor de cabeza. En el caso de que pretendamos tratar alguna dolencia más concreta, como un dolor de espalda, será mejor llevar a cabo antes algún tipo de preparación, para evitar males mayores.