El masaje potencia el bienestar del bebé

Los masajes infantiles aportan grandes beneficios al bebé. Es una tradición que proviene de la antigüedad y que hoy en día se han vuelto a poner en práctica. Sin duda, el contacto mediante el tacto de los padres con el pequeño, además de establecer vínculos y lazos afectivos entre ellos, también servirá para relajar su cuerpo, tonificar su musculatura, estimular la digestión, la circulación, así como el sistema nervioso central.

Sin duda, es una oportunidad para que los padres disfruten de su hijo, a la vez que es muy beneficioso para el desarrollo del pequeño.

En la mayoría de ocasiones, estos masajes se utilizan para relajar a los pequeños, ya que este contacto les calma cuando se sienten incómodos, nerviosos o tienen alguna dolencia. Sin embargo, este tipo de masajes también será muy útil para que concilien el sueño.


Tipos de masajes para bebés


Los momentos más indicados son después del baño, antes de cenar o media hora antes de su toma. Además, será importante que, para este masaje de carácter relajante, los padres también estén tranquilos para así transmitírselo al pequeño. Será una experiencia muy especial, tanto para el niño como para sus progenitores.

Sin embargo, existen diferentes tipos de masajes que no tienen este objetivo calmante. Por ejemplo, también los hay indicados para aliviar los dolores de los llamados cólicos del lactante. Suelen ser frecuentes durante los primeros meses de vida y este masaje consiste en realizar movimientos circulares con mucha suavidad sobre el vientre del bebé en el sentido de las agujas del reloj. A la vez, será aconsejable mover sus piernas hacia arriba y abajo, como haciendo el movimiento de montar en bicicleta. Está demostrado que son muy beneficiosos para disminuir estas molestias. En cuanto al momento más adecuado para hacerlo, lo mejor es que los padres controlen en qué momento del día suele sufrir estos dolores. Así, si el pequeño, sufre estas molestias y por consiguiente se irrita sobre las cuatro o las cinco de la tarde, si media hora antes se procede a hacerle dicho masaje, poco a poco las molestias serán menores con el paso del tiempo y notará alivio.

Otros masajes que también suelen resultar muy eficaces son los estimulantes. Pueden servir para animar al pequeño, activarle, despertar sus sentidos y también para jugar y divertirse con él. Los movimientos se harán desde el exterior de su cuerpo al centro, sin hacer presión, de una forma delicada y rápida. Será interesante acompañarlo de una melodía animada y divertida. En cuanto a este tipo, no hay un momento del día indicado, ya que, serán los padres los que decidan, ya que conocen a su pequeño, mejor que nadie, en qué momento del día puede ser adecuado.


Además de los tipos de masajes también hay que variar en que parte del cuerpo se le hace el masaje


Asimismo, también es importante saber que, en función de la zona del cuerpo del bebé que se toque, causarán un efecto o beneficio determinado. De este modo, si se le toca la cabeza y la cara, además de tranquilizarlo, se le aliviarán tensiones y será muy eficaz en el caso de que el pequeño esté resfriado. En cambio, si se hace en la zona de la nuca, hombros o en el pecho, se estimulará la circulación sanguínea del niño, mientras que si se apuesta por este contacto en brazos y manos, fortalecerán sus músculos y estimularán las zonas reflejas de sus manos. Como antes se dijo, los masajes en pecho y abdomen, además de para los cólicos, también alivian las molestias producidas por los gases. Por otro lado, si este contacto se centra en piernas y pies, además de favorecer el fortalecimiento de los músculos, se aliviarán los dolores sufridos durante la fase de crecimiento. Por último si los padres se centran en la zona de las nalgas y la espalda, conseguirán que su hijo se relaje, estimularán su respiración y ayudarán a sosegarlo para que se quede plácidamente dormido.