Los pequeños, a menudo, cuando juegan, acaban lastimándose y con heridas, rasguños, rozaduras… Por ello, será importante que los padres estén atentos para poder actuar cuando se produzcan dichos daños. Y es que, a pesar de su vigilancia continua, es frecuente que los pequeños se caigan cuando juegan en el parque, van en bicicleta o patinete, así como cuando se divierten con sus compañeros en el patio del colegio.
Además, si al hecho de que los pequeños están continuamente jugando le sumamos el riesgo de que su piel es muy sensible, un simple roce o caída puede provocar una herida.