Los juegos de los pequeños pueden, a veces, acabar provocándoles heridas, cortes o rasguños, a pesar de la atenta mirada de los padres. Y es en ese momento cuando pueden ser de gran ayuda los antisépticos. Se trata de sustancias antimicrobianas, es decir, que al aplicarlas sobre la piel evitan la proliferación de microbios que pueden provocar que la herida se infecte.
Y es que es importante que, cuando se produzca una herida, los padres tomen las medidas oportunas para evitar infecciones.
Aún así, ni habrá que llegar al extremo de asustarse mucho y por consiguiente poner nervioso al pequeño, ni tampoco de no hacer prácticamente nada, lavar solo la herida y de este modo, quitarle importancia.