Cómo explicar un cambio de casa y ciudad a los niños

Un traslado de casa y de ciudad lleva en si mismo una serie de cambios, unos cambios a los que uno debe adaptarnos e ir aceptando poco a poco. Siempre que se pueda es aconsejable evitar preocuparse por la mudanza demasiado aunque, un cambio siempre supone un reto y más cuando se trata de nuestra parte más personal, nuestro hogar.

En general, estos cambios se suelen dar para bien, es decir como respuesta a otro cambio en nuestra vida que generalmente suele ser positivo, ejemplos típicos son cuando se produce una boda, la familia crece con la venida de un niño o una mejora profesional, o por estar más cerca de la familia.

Si por lo general, el cambio de residencia es una situación complicada para un adulto, más lo es para un niño o adolescente, la vida del niño se ve mucho más alterada que la nuestra si cabe, se producen muchos cambios en su vida de forma repentina, y si no somos capaces de comunicarlo adecuadamente y en el momento oportuno el niño sufrirá de ansiedad y nerviosismo.


Los sentimientos


El traslado afecta en más sentidos y de forma más profunda a los niños que se ven obligados a abandonar su casa, además dejaran atrás su colegio y amigos.

Aunque ellos se adaptan con más facilidad a los cambios, también son quienes más los acusan al principio y tendrás que volver a hacer amigos partiendo de cero.

Una mudanza tiene un efecto directo sobre las emociones que siente el niño y también puede alterar su comportamiento. Es muy habitual que el niño este más alterado, duerma mal y reclame más atención, además hay que pensar que hasta que el niño no se acostumbre a su nueva cama no descansara igual, ni dormirá igual de bien.

Necesita tiempo para acostumbrarse al nuevo entorno, encajar en el colegio y tener nuevos amigos que no siempre son fáciles de hacer. Es básico que los padres ayuden y muestren al niño atención y cariño, para que le resulte un poco más fácil el proceso de adaptación.


Es muy importante preparar a los niños previamente


Para conseguir una mudanza sin que los niños sufran más de lo necesario y no este perdido en una situación que no comprenden, debemos primero preparar al niño, es necesario hablar con el niño lo antes posible del cambio de ciudad, los niños reaccionan mejor si tienen tiempo para hacerse a la idea de las nuevas situaciones.

Siempre que sea posible es recomendable ayudar al niño a familiarizarse con su nueva ciudad, el nuevo colegio, etc. Así pues si nos es posible, llevaremos al niño a hacer una visita a la nueva ciudad, también sería positivo que el niño vea el colegio, así no se sentirá perdido el primer día de colegio.

Hay que hablar con el niño, si se le explica bien el motivo del traslado, evitaremos que el niño se sienta seguro y sin preocupaciones.

Hay que ilusionar al niño para que tenga ganas de que llegue la mudanza, que lo vea con ojos de ilusión, a la vez hay que tranquilizarle, haciéndole saber que su vida no va a cambiar de forma básica.