Dieta de verano para la mujer embarazada

Con la llegada del verano, a los síntomas habituales del embarazo, tales como nauseas o vómitos, es probable que se añada también la falta de apetito. Además, el calor provoca cierta pérdida de líquido y esa falta de hidratación puede favorecer la aparición de mareos, desmayos e incluso aumentos de tensión.

Por ello será conveniente que la embarazada siga una serie de consejos, ya que, la solución no será comer menos durante este periodo, sino encontrar la alternativa en alimentos que contengan los nutrientes necesarios para evitar encontrarse incómoda y que también favorezcan la hidratación.


En verano conviene evitar las comidas pesadas


De este modo, antes de entrar a explicar cuáles son estos alimentos que harán que la embarazada afronte el verano de la mejor manera posible, tendrá que tener en cuenta algunos consejos.

Por ejemplo, será conveniente evitar comidas pesadas o copiosas, sustituyéndolas por sopas, caldos… Además, lo ideal será distribuir las comidas en cinco tomas al día para evitar esa sensación de pesadez y hacer unas mejores digestiones. Será importante beber líquidos fuera de las comidas, al menos dos litros de agua al día favorecerán la hidratación y controlar la sal que se añade a los alimentos, ya que un exceso de sodio provoca una mayor retención de líquidos. También será aconsejable practicar algo de ejercicio antes de las comidas y sobre todo, gozar de tranquilidad y descanso durante estos meses.

Aún así, a pesar de seguir estas recomendaciones, deberá saber qué alimentos incluir en esta dieta específica para el verano.

En primer lugar, le dará un papel principal a las frutas, ya que serán refrescantes y tienen la ventaja de que pueden consumirse, tanto enteras como en zumos, sorbetes o helados, así como en diferentes momentos del día, ya sea en el desayuno, como postre o incluso en la merienda y en la cena. Aportan numerosas vitaminas y minerales como es el caso de la vitamina C, la A, así como ácido fólico, potasio, magnesio, e hidratos de carbono. Se recomienda tomar las piezas enteras porque tienen mucha agua e incluso con cáscara para aprovechar su riqueza en fibra.


Verduras, hortalizas y lácteos en verano


Las verduras y hortalizas también juegan un papel fundamental en esta dieta estival para embarazadas. Se caracterizan por su baja densidad calórica y por ser ricas en fibra, vitaminas y minerales. Antes de seguir, es conveniente saber que, tanto en el caso de las verduras como en las frutas, deben lavarse bien y al cocinarlas no debe usarse mucha agua ni excedernos en el tiempo de cocción a presión o al vapor, para evitar que se pierdan los nutrientes que poseen estos ricos alimentos. Sin duda, el verano es tiempo de ensaladas, por eso, será el momento de recurrir a recetas sencillas y refrescantes.

Los lácteos también son fundamentales, ya que aportarán al organismo calcio, vitamina B2, D y proteínas. Dentro de ellos, los más aconsejables son los yogures, a los que se podrá incluir frutos secos y cereales, así como la leche y el queso fresco.

También hay lugar en esta dieta para los carbohidratos como el pan, arroz, pastas, así como las carnes blancas o el pescado, preferiblemente a la plancha. Asimismo, cabe destacar que, tanto la conservación como la preparación de los alimentos es fundamental.