El tabaco en el embarazo: ¿qué hay de verdad?

Fumar perjudica gravemente su salud, fumar provoca impotencia, fumar mata, fumar durante el embarazo perjudica la salud de su hijo. Más claro no lo pueden decir hasta en las propias cajetillas de tabaco, son advertencias muy reales por mucho que nos hayamos acostumbrado a verlas y ya no les demos importancia.

La aceptación social que tiene el tabaco hace que no se vea como droga una sustancia que provoca millones de muertes al año, pero lo es, y las mujeres que desean quedarse embarazadas deben ser muy conscientes de ello.

Como droga que es provoca una adicción difícil de eliminar y que causa su propio ‘mono’ una vez se deja de consumir. Se puede sentir ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, cansancio, dolor de cabeza o hipotensión. Es por ello que en los casos más extremos se oyen casos en los que los propios médicos recomiendan cierta cantidad de cigarrillos a las embarazadas a fin de que el remedio no sea peor que la enfermedad.


El tabaco puede ser muy perjudicial para nuestro bebé


Pero hay que tener claro que ese cigarro que se fuma en nada va a beneficiar al bebé en gestación solo sirve para calmar a la madre, que antes de fumar debería pensar en esa sustancia va directamente a afectar al crecimiento normal de su hijo.

Con cada cigarrillo que se fuma disminuye el riego sanguíneo de la placenta durante unos 15 minutos, además la cantidad de oxígeno que recibe el niño baja hasta en un 40% debido al monóxido de carbono que se inhala con el tabaco. Todo esto hace que el bebé no crezca como es debido, normalmente al llegar al mundo lo hacen con un peso más bajo de lo normal, unos 200 gramos menos que la media.

Pero el bajo peso no es la única consecuencia de tener una madre fumadora, existen una serie de riesgos y complicaciones que se dan en mayor medida en estos casos. Son más habituales los partos prematuros, las hemorragias y los abortos. Los bebés de madres fumadoras tienen también más probabilidades de sufrir defectos congénitos como el labio leporino.


Los bebés de madres fumadoras nacen normalmente con síndrome de abstinencia


Las consecuencias de haber tenido una madre fumadora persisten tras el nacimiento, es común que los bebés nazcan con el síndrome de abstinencia, esto se traduce en que están más nerviosos, irritables y lloran más. También están más predispuestos a ser fumadores al contar con más receptores de nicotina en el cerebro. Las afecciones respiratorias, el asma, las alergias y la otitis afectan en mayor medida a los hijos de fumadoras. Incluso se han encontrado relaciones entre el consumo de tabaco y los problemas de concentración y la hiperactividad de los niños.

Todas estas son razones suficientes para que una embarazada tenga la motivación precisa para dejar el hábito, pero solo cuatro de cada diez mujeres lo consigue solo a base de fuerza de voluntad. Por eso es necesario solicitar ayuda, el ginecólogo puede ofrecer las primeras indicaciones y siempre se puede recurrir a ayuda especializada, es bueno hacer partícipe al resto de la familia y amigos y pensar ante todo que lo hacemos por el bien de nuestro hijo.