Posparto: consejos para empezar con el ejercicio después del parto

Durante el embarazo, al ver crecer la tripa muchas mujeres se preguntan si todo volverá a estar como antes y una vez han dado a luz comienza la preocupación por recuperar la figura iniciando en ocasiones una rutina de ejercicio físico que puede no ser el más recomendable.

Ante todo hay que tener en cuenta que el organismo sigue su propio ritmo y no sirve de nada intentar acelerar el proceso, hay que hacerse a la idea de que pasarán meses hasta volver a la figura previa al embarazo.

Del mismo modo hay que respetar al propio cuerpo, si se ha pasado por una episiotomía o una cesárea no se podrá hacer ejercicio hasta estar totalmente recuperada, habrá que esperar a su vez a que el sangrado de los días posteriores al parto desaparezca.


No se debe empezar a hacer ejercicio hasta no haberse recuperado del todo: no se debe tener prisa


Como norma se puede decir que hasta que la mujer no se note con las fuerzas suficientes no debe empezar a con una rutina física, lo prioritario es su total recuperación y el contacto con el bebé en esas primeras semanas.

Pero del mismo modo tampoco se debe tardar mucho en comenzar el ejercicio, ya que ésta será la mejor forma de recuperar el tono, tanto físico como psicológico. Es importante elegir bien el tipo de actividad que se va a llevar a cabo, lo mejor es ir poco a poco, no sirve de nada plantearse metas muy altas ni un programa muy exigente. Al principio podemos comenzar en casa con ejercicios específicos de recuperación posparto o acudir a las clases que se ofrecen en el centro de salud.

Las primeras veces hay que ir con cuidado, a lo largo de toda la gestación los ligamentos y músculos se han estirado y tardarán un tiempo en recuperar su forma, por lo que forzarlos demasiado puede producir lesiones innecesarias. Seguramente notaremos también que el agotamiento llega antes, ante los síntomas de fatiga es mejor parar.


Durante las primeras semanas el bebé exige mucho esfuerzo y dedicación


Criar a un bebé exige falta de sueño y una dedicación que acaba produciendo cansancio en la mujer, así el ejercicio en esta etapa tiene que servir para ayudar a pasar mejor por esta etapa, no para agravar su agotamiento natural. Por lo tanto se aconseja realizar sesiones de 20 minutos a media hora de actividad al menos tres veces a la semana, siempre será mejor esto que trabajar solo un par de días pero mucho tiempo seguido.

Respetando estas pautas generales se puede realizar casi cualquier tipo de deporte, aunque hay algunos más recomendados que otros. El Pilates o el yoga tienen muchas seguidoras ya que hacen especial hincapié en la zona abdominal, una de las más castigadas, además de trabajar también cuestiones como la relajación o la concentración. Se pueden trabajar a diferentes intensidades resultando muy efectivos. Otras actividades como la natación, la gimnasia o correr son también una gran ayuda, aunque siempre respetando los propios límites y mejor si contamos con el asesoramiento de un monitor.