Primeros auxilios por envenenamiento de bebés y niños

Que un niño tenga un problema de intoxicación o envenenamiento es, por desgracia, más habitual de lo que podemos imaginar muchos padres. Y es que en una casa hay muchas sustancias que son un peligro potencial para un bebé.

A parte del obvio peligro que representan los medicamentos, la verdad es que en una casa hay muchas más cosas que pueden ser un riego potencial para un niño.

Los productos de limpieza y del jardín, los cosméticos e, incluso, ciertas plantas pueden causar un envenenamiento de un pequeño.

No hay que infravalorar nunca la curiosidad natural de un bebé, que hará que se lleve a la boca todo aquello que encuentre. Por lo tanto, todos estos productos que son peligrosos para un niño, deben mantenerse lejos de su alcance.

La lista de productos domésticos peligrosos es larga, pero merece la pena mencionar los siguientes: lejía, lavavajillas, productos desatascadores, cosméticos, detergente de la ropa, artículos de higiene personal, acetona o colutorios


Cómo prevenir el envenenamiento


La medida más obvia para prevenir un envenenamiento es guardar todos los productos potencialmente peligrosos lejos del alcance de los niños pequeños, incluyendo cerraduras de seguridad en los armarios.

También es importante vigilar los productos que se usan mientras se hace la limpieza. Los niños pueden aprovechar cualquier momento para provocar un verdadero desastre.

Igualmente, puede resultar muy peligrosa la costumbre de aprovechar envases de otros productos para guardar productos peligrosos, como la lejía. Con ello, existe la posibilidad de que el niño se los beba de manera completamente accidental.

Asimismo, es recomendable tener la precaución de tener apuntado en un lugar fácilmente accesible el Teléfono de información toxicológica: 91 562 04 20. Con una llamada nos informarán del alcance del envenenamiento.


Qué hacer ante un envenenamiento


Cuando un niño se ha envenenado, lo primero que debemos hacer retirarle el veneno, si es posible. Por ejemplo, en caso de que sean pastillas, es peligroso intentarlo, porque corremos el peligro de que acaben bajando más por la garganta.

En el caso de que sea un veneno corrosivo para la piel o los ojos, hay que lavar el área afectada por un mínimo de 15 minutos, y a continuación ir rápidamente de urgencia, con el envase del veneno.

Si la intoxicación se ha producido por la ingesta de algún producto, nunca hay que inducir el vómito ni dar de beber agua o leche, porque puede incrementar el daño en el tracto digestivo. Hay que tener en cuenta que si lo hacemos vomitar, lo único que conseguimos es que la sustancia dañina pase dos veces por el esófago.

Las lesiones por haber ingerido veneno son muy variables. Dependiendo de la sustancia tóxica, y de la cantidad ingerida, se puede producir desde inflamaciones y lesiones leves a quemaduras, úlceras y perforaciones. Por eso, es necesario acudir de urgencias rápidamente para que se haga una valoración de las lesiones, y se aplique el tratamiento necesario en cada caso.