Edulcorantes en el embarazo

Los edulcorantes son aquellas sustancias que empleamos para sustituir el azúcar a la hora de endulzar bebidas y conseguir que no aporten tantas calorías. A lo largo del embarazo, la mujer debe ir con mucho cuidado a la hora de tener una dieta equilibrada, en la que primen vitaminas, proteínas, grasas y minerales por encima de los azúcares.

La sacarina y el aspartamo son dos de los edulcorantes más usados a nivel popular.

Pero, las mujeres embarazadas deben valorar si es más sano para ellas y su hijo tomarlos, o recurrir a la tradicional cucharadita de azúcar.

El aspartamo se emplea para endulzar la mayoría de refrescos industriales, y en otros productos que no llevan azúcar. Todos los estudios médicos coinciden en que, si se toma en las dosis habituales, no reviste ningún peligro para la embarazada ni para el feto.

No hay datos que demuestren que el aspartamo sea capaz de producir malformaciones genéticas. Tan solo puede ser preocupante su uso para las futuras madres que sufren un trastorno genético llamado fenilquetonuria, y que hace que la embarazada deba seguir una dieta específica para evitar un mal desarrollo cerebral de los bebés. Estas mujeres son las únicas que deben vigilar de no tomar alimentos en los que se incluya en aspartamo durante su embarazo.


Dudas sobre el peligro de tomar sacarina


La sacarina es uno de los primero endulzantes artificiales que se sacó al mercado, aunque hoy en día el aspartamo es mucho más popular.

Existen dudas sobre si es adecuado que una mujer embarazada tome sacarina, ya que este producto es capaz de traspasar la placenta y llegar a entrar en el riego sanguíneo del bebé. No está demostrado que la sacarina cause defectos congénitos en los fetos, pero si que es verdad que algunos estudios científicos realizados con animales han demostrado que puede aumentar el riesgo de cáncer de vejiga.

Las mismas investigaciones también han demostrado que la sacarina es más difícil de eliminar del cuerpo del bebé que del de la madre. Esto implica que si una mujer consume una cantidad excesiva de sacarina, ésta pasa al cuerpo del niño, y se acumula en su organismo. Por lo tanto, a la larga, podría llevar a un aumento del riesgo de que sufra cáncer de vejiga.

De todos modos, hay que dejar muy claro que todos estos datos se corresponden con estudios médicos. Además, muchas futuras madres se preocupan por haber consumido sacarina antes de saber que están embarazadas. Esto no debe ser motivo de inquietud, porque los riesgos por haber tomado una cantidad normal de este edulcorante en las primeras semanas de gestación, son realmente muy pequeños.

Lo que sí debe preocupar a una mujer embarazada es que tomando bebidas con edulcorantes artificiales, puede estar evitando ingerir otras bebidas más nutritivas, que resultarán más adecuadas a su organismo. Por ejemplo, los refrescos light pueden sustituirse por agua, zumos y leche, mucho más beneficiosas para el desarrollo del bebé.