El embarazo provoca cambios en todo el organismo, desde la punta del cabello hasta las uñas de los pies. Generalmente estos cambios suelen llevar aparejadas incomodidades como aumento de peso, molestias en los senos, mayor sensibilidad, piernas hinchadas… aunque hay algunos que también proporcionan alegrías.
Esto es lo que pasa con el cabello, la mayoría de embarazadas notan que durante estos meses su melena entra en una especie de estado de gracia, se ve más espeso y abundante e incluso con más brillo.
Esto es un efecto que producen las hormonas, no se trata de que el pelo haya empezado a crecer con más fuerza, el fenómeno se explica porque el pelo se cae menos.
Lo más frecuente es que nuestro cabello esté reluciente y muy bello durante el embarazo
Normalmente el 90 por cien del cabello está en crecimiento, mientras que el resto permanece en una fase de descanso para caerse después al lavar el pelo o con el cepillado. Durante el embarazo esa fase de descanso se prolonga debido a los niveles hormonales y por tanto el pelo se cae mucho menos. Hay mujeres que incluso notan como ha cambiado su forma, por ejemplo de rizado a más lacio.
Pero todo lo bueno tiene sus parte mala y esto sucede tras el parto, la tendencia del pelo es volver a su ciclo natural por tanto no hay que alarmarse si tras el nacimiento observamos como se cae una gran cantidad de pelo. Pensemos que durante nueve meses hemos tenido una abundante cabellera y ahora se cae todo lo que no se ha caído durante ese tiempo. No es necesario visitar al especialista, con el tiempo todo volverá a la normalidad, aunque siempre podemos consultar si vemos que la pérdida es excesiva o no se detiene.
Por lo tanto debemos aprovechar ese buen estado de nuestro cabello aunque esto no implica que dejemos de cuidarlo, se puede acudir a la peluquería sin problemas si queremos por ejemplo tintarlo. Los productos de hoy en día no son perjudiciales y nada nos debe impedir lucir bellas. También habrá que mantener el cuidado tras el parto, en este momento será especialmente importante cuidar la alimentación a fin de que el pelo esté sano y que esa caída no se agrave.
El vello en el cuerpo
Donde también se van a notar cambios es en el vello del cuerpo, la mayoría de mujeres notan como este crece más rápido y con más fuerza, aunque hay otras que ven como ese crecimiento se ralentiza. Si el vello es más fuerte no habrá más remedio que armarse de paciencia y esperar a que los niveles hormonales vuelvan a la normalidad.
Con las uñas pasa lo contrario, por norma general están más débiles que de costumbre, lo mejor por tanto es mantenerlas cortas para evitar molestas roturas. Podemos utilizar esmaltes protectores y ante todo es necesario mantenerlas hidratadas, especialmente si son quebradizas, bastará con la crema hidratante que utilizamos para las manos. Estos cambios son temporales y a los pocos meses de haber dado a luz las uñas volverán a la normalidad, para ello será necesario llevar una alimentación en la que tengan cabida todos los nutrientes.