¿Es fácil concebir un hijo? ¿Cuánto?

No es una respuesta sencilla ya que va a depender de muchos factores. En principio la respuesta rápida y lógica sería que sí, el cuerpo humano está diseñado entre otras cosas para la procreación por ello, y a no ser que exista algún tipo de anomalía física o genética, lo normal es que sea relativamente fácil tener un hijo.

El problema es que hoy en día ha cambiado el ritmo de vida, tener hijos se ha convertido en una actividad que hay que tener planificada ya que antes hay que trabajar, tener un hogar, una estabilidad… Esto hace que pueda llegar a ser una situación que estrese a una pareja, además del hecho de que retrasar la maternidad por todos los motivos enunciados hace que sea más difícil concebir.

La mayoría de parejas que se plantea tener un hijo lo consigue sin problemas, pero siempre oiremos casos de algunas que lo lograron a la primera mientras que a otras les costó casi un año, lo cierto es que no existe una explicación de porqué esto es así. Lo normal es que una pareja sana y sin complicaciones consiga concebir un hijo a lo largo de un año, cuando pasa más de ese tiempo se recomienda consultar al especialista.


La suerte influye mucho en el número de meses que debemos esperar, a no ser que exista algún problema de fertilidad


El hecho de que esa concepción suceda en el primer mes o en el quinto va a depender básicamente de si el espermatozoide fecundó al óvulo en el momento adecuado. Para ello no existe más truco que procurar que esto ocurra, así habrá que controlar cuando la mujer está ovulando e incrementar la actividad sexual durante esos días. Lo mejor es mantener relaciones los días previos y el mismo día de la ovulación, es la forma de asegurar que en el momento que el óvulo esté preparado tenga a su disposición un espermatozoide que lo fecunde.

Dicho así parece sencillo, pero a la hora de la verdad hay parejas que a pesar de tener controlado todo el proceso no consiguen el embarazo. Y es que la concepción no es un mero proceso físico, si fuera así todos lo conseguirían a la primera, entran en juego valores psicológicos, emocionales, de compatibilidad en la pareja… que pese a no estar descritos en ninguna parte, tienen gran peso a la hora de quedarse en estado. Todos conocemos historias de parejas obsesionadas con tener un hijo que solo tuvieron que olvidarse del tema y relajarse para conseguirlo. La parte psicológica tiene así un peso determinante también en esta cuestión, las presiones sociales, profesionales y familiares pueden hacer que algo relativamente sencillo no acabe de llegar.


El estado de salud de ambos es crucial para la concepción


Tampoco hay que olvidar la importancia de mantener un buen estado de salud, llevar una vida sana, hacer ejercicio y alimentarse bien es determinante para que nuestro organismo esté en buena forma y con plena capacidad de concebir un hijo.

Aunque en la actualidad cada vez se oyen más casos de parejas a las que les cuesta tener un hijo, normalmente por la edad o por seguir un ritmo de vida muy acelerado, lo cierto es que es un proceso natural que le acaba llegando a la gran mayoría de las parejas que lo desean.