El momento de dar a luz se aproxima, durante los meses anteriores el bebé ha ido moviéndose adoptando diferentes posiciones, según se ha hecho más grande esta movilidad ha ido disminuyendo. La gran mayoría, cuando llega la hora, se colocan con la cabeza enfocada hacia el útero, facilitando así el momento del parto.
Pero hay unos cuantos, alrededor de un 4%, que optan por seguir sentados, sin intención de moverse. Así es como se denomina cuando el bebé viene de nalgas.
Causas del porqué viene de nalgas el bebé
No se sabe muy bien el motivo por el que estos bebés no cambian su postura, aunque se ha observado que es más común en los casos de mujeres que han tenido más de un embarazo, también cuando se trata de una gestación múltiple, cuando el útero es irregular o tiene fibromas, si el líquido amniótico es muy abundante o muy escaso, si la placenta cubre la salida o si el bebé llega antes de la semana 37.
El hecho de que un bebé llegue con los pies por delante no tiene porqué significar que va a sufrir algún problema, si es cierto que hay mayor riesgo, por ejemplo, hay más incidencia de parálisis cerebral que entre el resto de bebés.
La forma para conocer la posición de nuestro hijo es mediante una ecografía, el ginecólogo nos dirá entonces las pautas a seguir. Se puede intentar cambiar la posición del bebé. Esto lo puede hacer el ginecólogo, sería la denominada Versión. El médico va orientando el bebé con sus manos a través del abdomen de la madre, es una maniobra complicada y aunque no es lo habitual, puede tener consecuencias como un adelantamiento del parto, rotura de membranas o desprendimiento de la placenta. Si surge algún problema con el bebé o la madre se debe detener la acción. En muchas ocasiones, aunque no se haya acabado la maniobra, el bebé acaba colocándose en su posición.
Existen técnicas para que se de la vuelta
La mujer también puede poner de su parte para intentar que el bebé se coloque en la posición correcta. Existen ejercicios concretos que si se realizan con la constancia que requieren tienen una alta probabilidad de conseguir que el bebé se de la vuelta. Por ejemplo la posición a cuatro patas con el coxis levantado, aunque siempre hay que realizar estos ejercicios con mucho cuidado y con ayuda.
A la hora del parto si el bebé sigue de nalgas lo habitual es que se programe una cesárea, es el protocolo que se sigue en la mayoría de centros. Pero la mujer debe estar informada de que no es la única opción, se puede tener un parto vaginal aunque este será algo más complicado. El ginecólogo será el que nos oriente en este proceso. También debemos saber que el bebé se puede dar la vuelta en cualquier momento, incluso en el momento del parto. Y es que la cesárea no está exenta de riesgos, las infecciones, la hemorragia o el dolor posterior, son mayores que en un parto natural.
Ante todo no hay que preocuparse, la mayoría de niños que nacen de esta forma no tiene ningún problema y si el parto está bien programado todo sucederá sin sobresaltos.