Es habitual que muchos embarazos no sean embarazos perfectos. En multitud de ocasiones se presentan durante el embarazo ciertos riesgos, que pueden ser medios (como por ejemplo ser fumadora) hasta altos o muy altos (como la presencia de diabetes pregestacional).
En 1977 la OMS publicó el offset no 39, sentando las bases actuales en cuanto a la valoración del riesgo obstétrico en el embarazo.
El problema es que son bases complejas y más orientadas a metodologías de análisis de riesgos.
Por ello vamos a tomar como referencia la Guía de Riesgo Obstétrico de la Comunidad Valenciana (España), en la cual se define perfectamente y de forma muy sencilla las distintas clasificaciones de riesgo obstétrico, al menos para las complicaciones más habituales. Dicha guía es referencia sanitaria para toda intervención médica durante el embarazo:
Riesgo bajo ó 0
Por exclusión de los factores incluidos en los demás grupos de riesgo
Riesgo medio ó 1
– Anomalía pélvica identificada clínica y/o radiológicamente.
– Baja estatura materna (< 1.5 metros)
– Cardiopatía 1: que no limita su actividad física.
– Condiciones socioeconómicas desfavorables.
– Patología psicosocial.
– Control insuficiente de la gestación: menos de 4 visitas prenatales o 1a visita después de la semana 20.
– Edad extrema: menores de 15 años o mayores de 35.
– Embarazo no deseado.
– Esterilidad previa de 2 o más años.
– Fumadora habitual.
– Fecha de la última menstruación incierta.
– Gestante con Rh negativo.
– Gran multiparidad: 5 o más fetos de por lo menos 28 semanas.
– Hemorragia del primer trimestre de embarazo.
– Incompatibilidad Rh.
– Incremento de peso menor de 5 Kg o superior a 15 Kg al final del embarazo
– Infección urinaria baja o bacteriuria asintomática (por urinocultivo)
– Obesidad (IMC >30)
– Período intergenésico inferior a 12 meses.
Riesgo alto ó 2
– Anemia grave. Hb < 9 g/dl o hematocrito< 25%
– Cardiopatía 2: limitación ligera de su actividad física.
– Cirugía uterina previa.
– Diabetes gestacional.
– Embarazo gemelar o múltiple.
– Embarazo prolongado: más de 42 semanas de gestación.
– Enfermedades endocrinológicas.
– Hemorragia en el segundo y /o en el tercer trimestre.
– Hidramnios u oligoamnios.
– Historia obstétrica desfavorable: dos o más abortos, uno o más prematuros, partos distócicos, deficiencia mental o sensorial de probable origen obstétrico.
– Infección materna: virus de la hepatitis B o C, toxoplasmosis, pielonefritis, rubeola, sífilis, HIV, estreptococo B.
– Obesidad mórbida (IMC >40).
– Preeclampsia leve (TAD ≥ 90 mmHg y/o TAS ≥ 140 mmHg)
– Sospecha de malformación fetal.
– Presentación viciosa constatada tras la semana 38 de gestación.
Riesgo muy alto ó 3
– Amenaza de parto prematuro (antes de la semana 37).
– Cardiopatías 3 o 4: supone una importante limitación de su actividad física o ésta provoca su descompensación.
– Diabetes mellitus previa a la gestación.
– Consumo de tóxicos (alcohol, drogas)
– Incompetencia cervical.
– Isoinmunización: Coombs indirecto positivo en paciente Rh negativo.
– Malformación uterina.
– Muerte perinatal recurrente.
– Placenta previa.
– Preeclampsia grave (TAD ≥ 110 mmHg y/o TAS ≥ 160 mmHg)
– Patología asociada grave.
– Retraso del crecimiento intrauterino.
– Rotura prematura de membranas.
– Positividad al VIH. SIDA y complejos asociados.
En todo caso recordar que cada mujer debe ser evaluada únicamente por personal médico especializado y que la clasificación debe ser realizada por un especialista en virtud de los pormenores que se presenten en el caso. Además la evaluación de riesgos es continua durante el embarazo: se puede subir o bajar de riesgo durante todo el embarazo dependiendo de la salud de la madre y el bebé.