Problemas digestivos en el embarazo

Los problemas de carácter digestivo son muy frecuentes durante todo el embarazo. Y es que, como consecuencia de los niveles hormonales y de los cambios en la anatomía de la mujer, conforme va creciendo el bebé, se producen alteraciones en la posición de muchos órganos del aparato digestivo, lo que provoca que se den ciertas patologías de carácter leve e incluso algunas más graves.

Es el caso de las náuseas, vómitos, estreñimiento, úlcera péptica, reflujo esofágico, inflamación intestinal, diarrea aguda, síndrome del intestino irritable, así como la aparición de hemorroides.


Las alteraciones digestivas no son en principio un síntoma de embarazo con complicaciones


Además, estas alteraciones no tienen por qué darse en embarazos complicados, sino que pueden aparecer también en embarazos normales.

En algunos casos, si el ginecólogo lo ve conveniente derivará a la mujer al gastroenterólogo o se le hará una endoscopia. Sin embargo, nunca deberá tomar los fármacos habituales o indicados para estos trastornos, ya que no son convenientes durante este periodo.

Así, por ejemplo, en el caso del estómago, al crecer el útero aumentará la presión sobre él y el diafragma se hará plano. Como consecuencia puede que la mujer sufra reflujo hacia el esófago y por consiguiente sienta los conocidos ardores, especialmente a partir del tercer mes. Asimismo, la presión que se está ejerciendo y el hecho de que el vaciado gástrico se ralentice también provocará molestias.

Por otro lado, en el caso de los intestinos, también se desplazan de su lugar hacia la zona superior del abdomen, conforme el útero va agrandándose. Esto provoca que el tránsito intestinal sea más lento de lo habitual, así como que haya distensión abdominal e incluso, en ocasiones, sienta dolor. Asimismo, en la zona del colón, al perderse movilidad y disminución de la motilidad, se producirá un aumento de la absorción de sales y agua en esta zona concreta, lo que dará lugar al molesto estreñimiento durante el embarazo. También se producen cambios en el esófago, ya que, en los primeros meses el esfínter que une este órgano con el estómago no posee la presión que suele ser habitual y por ello, aparece o existe riesgo de que aumente el reflujo ácido que proviene del estómago.

Aunque es cierto que más órganos del aparato digestivo se ven alterados durante este proceso, es importante que la mujer sepa que, para hacer más llevaderos estos meses, hay una serie de consejos que pueden ayudarle a disminuir algunas de estas molestias.


Estreñimiento y acidez en el estómago durante el embarazo


Por ejemplo, en cuanto al estreñimiento, será conveniente que la embarazada tome mayor cantidad de agua de lo habitual, así como coma frutas ricas en fibra, como es el caso de las ciruelas o el kiwi y las naranjas. En cuanto al pan, se comerá integral y no rico en fibra. Por el contrario, deberá desterrar de su dieta arroz blanco, chocolate, así como las carnes rojas.

En cambio, para el problema de acidez, los especialistas indican que se deben comer en pequeñas cantidades pero con continuidad, para así no sentirse llena en una única toma. Además será importante evitar comer y acostarse, sin esperar al menos dos horas, así como tomar alimentos muy condimentados o con mucha grasa. También deberá abstenerse de tomar café y de comer salsas con tomate.

Estos son algunos consejos para los dos problemas que suelen ser más comunes. Aun así, no deberá tener reparos a la hora de acudir a un médico especialista, como un nutricionista, que le aconseje sobre qué comer para no sentir estos molestos síntomas o al menos, aliviarlos.