Problemas más frecuentes del cordón umbilical

El cordón umbilical es ese nexo que permite que el bebé pueda vivir y alimentarse en el interior de la madre. Es un hilo conductor que lleva hacia el bebé la sangre oxigenada y llena de nutrientes que la placenta obtiene de la madre y a la vez sirve para eliminar los desechos y sustancias tóxicas del bebé.

El cordón une la placenta con lo que será el ombligo del bebé, puede medir hasta un metro y se forma a partir de la cuarta o quinta semana de embarazo.

Dado que es la única vía de vida para el feto cualquier alteración en el mismo puede interrumpir un flujo vital para su desarrollo.


Problemas más usuales con el cordón umbilical


Son varios los problemas que se pueden dar en relación con el cordón. Uno de ellos es la presencia de enredos y vueltas en el cordón, es bastante frecuente. Casi todos los bebés en algún momento de la gestación presentan el cordón enredado en alguna parte de su cuerpo, muchos nacen con el cordón enrollado. Esto no debe preocupar en exceso ya que en la mayor parte de los casos no se impide la llegada de nutrientes y oxígeno al bebé. Hay casos en los que el cordón se comprime en exceso, suele suceder durante el trabajo de parto, esta compresión sí que puede causar sufrimiento fetal, pero los controles a lo que están sometidos las madres hoy en día permiten que se detecte a tiempo y se le ponga solución.

Otro de los problemas que pueden afectar al cordón son los nudos, aunque son habituales es muy raro que se produzca un nudo tan fuerte como para impedir la alimentación del niño. Pero en el caso de que se produzcan las consecuencias pueden llegar a ser graves, interrumpir el flujo de sangre del cordón hacia el bebé puede ser fatal.


Malformaciones del cordón umbilical


Hay ocasiones en que debido a una malformación genética el cordón umbilical en lugar de tener una vena y dos arterias, tiene solo una arteria. La vena lleva los nutrientes de la madre al bebé y las arterias se encargan de los desechos que genera el metabolismo del bebé. El hecho de que solo haya una suele provocar bajo peso al nacer además de complicaciones renales y en el sistema cardiovascular. Las madres que presentan esta circunstancia reciben una atención especial para evitar que el problema se agrave.

Un último tipo de alteraciones en el cordón se relacionarían con la longitud del mismo. En este caso no suele existir mucho riesgo. Un cordón más corto impedirá al bebé moverse con total libertad en el vientre materno, si en cambio es muy largo será más fácil que se enrolle en el bebé. Lo que si puede darse, aunque solo pasa en uno de cada mil partos, es el prolapso del cordón. Si el cordón es muy largo puede salir antes que el bebé, esto provoca una gran compresión que interrumpe la llegada de sangre al niño por lo que suele ser necesario realizar una cesárea.