El momento del parto, su desarrollo y las posibles complicaciones para la madre o el bebé, son los aspectos que más suelen preocupar a las embarazadas durante los nueve meses de gestación. La elección del hospital en el que se va a dar a luz, es un tema muy importante para los futuros padres que a veces genera dudas e inseguridad.
Los criterios a la hora de decidir el lugar donde se desarrollará el parto pueden ser, entre otros, la seguridad médica para la madre y el bebé en caso de complicaciones, la comodidad para la embarazada durante todo el trabajo de parto, el poder de decisión de los padres sobre las intervenciones que se practican y el costo económico del mismo.
Estos factores varían en función de que se escoja un hospital público, privado o casa de partos naturales.
Disponer de la máxima información acerca de los procedimientos, protocolos y equipamientos de la clínica donde va a transcurrir el parto, es fundamental para tomar la decisión adecuada según nuestras necesidades y preferencias.
Dar a luz en un hospital público
¿Se puede escoger el centro público en el que se desea parir?
Antiguamente no. Ahora la embarazada tiene asignado un hospital para el parto dependiendo de su lugar de residencia, no obstante en algunas comunidades se permite solicitar un cambio de hospital que se concede si no existe demasiada saturación.
¿Qué ocurre si se inicia el parto lejos del hospital asignado?
Los centros públicos están obligados a atender a pacientes en situación de emergencia. Si la mujer está lejos de su maternidad de referencia, puede acudir al centro que le resulte más cercano.
¿Quién atiende el parto y como es el proceso del mismo?
Los partos en hospitales públicos suelen ser atendidos por matronas, en caso de partos de riesgo o con complicaciones, lo atenderá un ginecólogo.
Durante la fase de dilatación, en la mayoría de hospitales, el padre puede acompañar a la mujer, en una habitación individual o compartida. En los últimos años, debido a un plan aprobado por el Ministerio de Sanidad, la mujer tiene una mayor participación en el plan de parto (practicar o no episiotimía, rasurado, enema), aunque todavía algunos centros son muy estrictos con los procedimientos y el nivel de intervención de la mujer es bajo.
La gran ventaja del hospital público suele ser su gran infraestructura, que dota al lugar de los medios necesarios para atender cualquier complicación médica, es importante, por ejemplo, que el hospital cuente con un banco de sangre, con una unidad de cuidados intensivos y una unidad neonatal.
Dar a luz en un hospital privado
Las instalaciones del hospital privado suelen proporcionar un mayor confort a la mujer en trabajo de parto, permiten en todo momento disponer de una habitación individual con cama para el acompañamiento y el trato es más personalizado.
Los partos son atendidos por ginecólogo y matrona, pudiendo escoger el profesional que ha llevado el seguimiento del embarazo.
En desventaja frente al hospital público, puede considerarse el hecho de que no todas las clínicas privadas disponen de medios adecuados para determinadas complicaciones médicas, por lo que en esos casos debe hacerse un traslado de hospital.
Dar a luz en una casa de partos
Las casas de parto están diseñadas para dar a luz de forma natural o incluso en el agua. Los procedimientos son lo menos medicamentosos posibles y la participación de la mujer es total.
Es importante verificar detenidamente que tipo de profesionales atenderán el parto y el procedimiento de actuación en caso de complicaciones.