Durante el embarazo, son muchas las futuras mamás que utilizan fajas para hacer frente a las molestias o dolores que sienten provocados por los numerosos y variados cambios que sufre su cuerpo a lo largo de estos meses. Hay mujeres que a veces se plantean si su uso es adecuado o no, por ello, a continuación explicamos en qué puede beneficiar a la embarazada el uso de la faja.
Así, conforme va creciendo el pequeño y el embarazo va avanzando, la tripa de la mujer va aumentando también, lo que acaba afectando a otras zonas del cuerpo.
Y es cuando la mujer comienza a sentir dolores de espalda, sobre todo en la zona lumbar y también en la zona pélvica, ya que la presión del peso del pequeño cae sobre esa zona, a veces se siente agotada de soportar esa sensación y necesita encontrar una solución.
Sólo deben usarse las fajas especialmente diseñadas para el embarazo
A pesar de ello, muchas mujeres se hacen preguntas sobre si deben o no usar fajas y cabe destacar que su uso no es negativo, aunque hay que incidir en el hecho de que deberán usarse aquellas que están diseñadas y dirigidas específicamente al uso por parte de embarazadas. De este modo, no habrá que usar cualquier tipo ni siquiera aquellas que son reductoras post-parto durante el embarazo, no son recomendables.
De este modo, si se utiliza la adecuada, no habrá consecuencias negativas ni sobre la madre ni sobre el bebé. Por el contrario, será beneficiosa para disminuir y de forma considerable los dolores de espalda fruto de soportar el peso del bebé, así como las molestias que pueda tener al andar, sentarse o incluso cuando esté parada de pie. Y es que también servirá para reducir la presión que el bebé ejerce sobre la pelvis y el pubis. De este modo, será conveniente que se empiecen a usar entre la 25 y 20 semana del embarazo, momento en el que suelen comenzar a reflejarse las primeras molestias de este tipo con mayor intensidad. De igual forma, si la mujer tiene alguna duda a la hora de comprarla o sobre cómo usarla, cuánto tiempo… podrá acudir a su médico para que le aconseje y le aclare estas posibles dudas, ya que es muy común que ante tantas novedades, la mujer en ocasiones se encuentre perdida.
La talla y medidas de la faja es muy importante: no se puede pedir prestada una que sea pequeña
También hay que tener en cuenta a la hora de adquirir dicha faja, que le aliviará de estos dolores y molestias, que deberá ser de su talla y su medida. Y es que no deberán comprimir demasiado, ya que, no se sentirá cómoda. Además, una vez que la tenga puesta, deberá poder respirar hondo sin dificultad y sentarse fácilmente, sin tener sensación de estar apretada o excesivamente sujeta. Si la mujer nota que no puede moverse libremente será indicativo de que dicha faja no le queda bien, no es la adecuada para ella. Y es que la clave está en que debe amoldarse a su cuerpo, proporcionándole alivio y beneficios, en vez de empeorar aún más la situación de incomodidad.
Por todo ello, si la mujer siente estos dolores propios del crecimiento de su vientre será conveniente que utilice esta prenda para aliviar o disminuir esos dolores o molestias. Sin duda, nadie notará que la lleva, ya que se ajustará perfectamente a su cuerpo, aportándole tan solo beneficios.