Las primeras patadas del bebé: movimientos fetales en el embarazo

Desde que la mujer sabe que está embaraza hasta que empieza a notar al pequeño ser que lleva en su interior pasan unas semanas que a la mayoría de madres se le hacen eternas. Y es que una cosa es saber que se está embarazada y otra muy distinta sentirlo dentro.

Se espera con ilusión esa primera ecografía en la cual vemos al bebé y escuchamos los latidos de su corazón, pero el momento en que por primera vez lo sentimos moverse es uno de los más emocionantes para una embaraza, aunque también es uno de los que más dudas y preocupaciones despierta.


Para las mamás, especialmente las primerizas, es difícil al principio saber seguro si ese hormigueo es el bebé


Y es que no es sencillo saber distinguir si esa sensación de hormigueo en el estómago es el bebé o es algún movimiento digestivo.

Por norma es raro que una mujer en su primer embarazo pueda percibir al bebé antes de la semana catorce, a partir de ahí podemos estar bastante seguras de que esa culebrilla que nada en nuestro abdomen es el bebé. Por tanto en el primer trimestre no podremos todavía hablar de patadas. En el caso de madres con experiencia es fácil que puedan distinguir los movimientos antes.

El segundo trimestre es el más fructífero en lo que a movimientos fetales se refiere, en torno a la semana 20 toda embarazada debe distinguir claramente los movimientos del bebé. En esta etapa el niño tiene todavía mucho espacio para moverse por lo que se suele mostrar bastante activo, los movimientos van a estar presentes a lo largo del todo el día. Se mueve mucho más de lo que pensamos, pero el propio movimiento de la mujer le impide ser consciente de ello, por lo que el mejor momento para disfrutar de esa sensación será estando en reposo y preferiblemente por la noche.


Las embarazadas más delgadas lo notarán antes y con más intensidad al bebé


El que se noten más o menos dependerá también de la constitución de la madre, normalmente aquellas más delgadas lo notarán antes. En el segundo trimestre los movimientos son regulares y van ganando en intensidad según crece el bebé, aunque no habrá que alarmarse si algún día no se notan.

En el tercer trimestre es cuando habrá que estar más atenta al patrón de movimientos. El espacio se ha reducido considerablemente y es cuando comienza las verdaderas patadas, el bebé se estira, se acomoda y podemos percibir un puño o un pie a través del abdomen. Cada bebé se moverá a su ritmo, lo importante es conocerlo, puede que pase todo el día tranquilo y por la noche no pare o al revés. Todas estas variaciones entrarán dentro de la normalidad, lo que no será normal es que cambie completamente su pauta o que pase varias horas sin hacer ningún movimiento. En estos casos antes de alarmarse se puede probar a tomar algo dulce y tumbarnos sobre el lado izquierdo. De todas formas según se acerque el momento el bebé se moverá menos aunque para salir de dudas, ante cualquier anomalía lo mejor será siempre consultar al médico.