Prevención de la toxoplasmosis en el embarazo

‘Prepárate a nueve meses sin jamón’, es una de las amenazas que suele oír la embarazada, y que en el caso de estar recién iniciada en estas lides le puede resultar extraña. Pero lo cierto es que el jamón, el embutido y en general cualquier producto crudo, es susceptible de transmitir una toxina que puede ser muy peligrosa para el bebé, por lo que, en caso de no ser inmune a la misma, será mejor renunciar o tener una precaución especial con determinados alimentos.

La toxoplasmosis es así una enfermedad infecciosa que se transmite de los animales a los seres humanos.

La infección es leve y no suele presentar síntomas, pero si hablamos de embarazadas esta infección sí que es grave para el feto. En torno al 50% de la población ha pasado la enfermedad sin darse cuenta, debido al contacto con animales, especialmente los felinos, o a la alimentación, si se consume carne poco cocinada o fruta y verdura mal lavada.


La prueba de la toxoplasmosis es habitual durante la gestación


Por tanto una de las primeras pruebas que se realizan a la futura madre es la del toxoplasma, con la que se identifica si la embarazada ya ha pasado por ella y por lo tanto es inmune, o no la ha sufrido, en cuyo caso habrá que tomar especiales precauciones para evitar riesgos.

Las medidas tienen que ver sobre todo con la alimentación. Hay que evitar el consumo de carne cruda, de ahí que no se recomiende tomar jamón serrano y embutidos sin que hayan sido previamente cocinados. Otra solución para su poderlos consumir es congelarlos previamente durante unos días ya que el frío mata las posibles bacterias, eso sí el congelador debe alcanzar los 10 grados bajo cero para que sea efectivo y la descongelación se debe realizar lentamente. Las carnes en general se deben cocinar muy bien y si nos gusta poco hecha o se renuncia a ella o nos aseguramos de que se trate de carne congelada previamente. El jamón york, el choped o la mortadela están previamente cocidos por lo que son seguros.

Igual de importante es lavar bien las frutas y verduras. Venden lejías especiales para los alimentos, tenerlas en agua con unas gotas de lejía nos asegurará que los vegetales que consumamos estén libres de cualquier peligro.

Sobre el jamón serrano una nota importante: algunos ginecólogos y matronas argumentan que no existe riesgo de contagio de toxoplasmosis por su consumo debido a su proceso de curación. La verdad es que es un tema discutido y conviene que sigas las instrucciones de tu ginecólogo o matrona al respecto.


Los gatos y la toxoplasmosis


Además de la alimentación hay que tener especial cuidado con los gatos, si se convive con ellos hay que extremar las condiciones de higiene y limpieza para evitar contagios.

Respetando estas simples medidas será muy poco habitual que la embarazada acabe contagiada, pero si aun así sucede debe saber que existen tratamientos para evitar que los daños al feto sean graves. También se debe saber que cuanto más tarde se contraiga dentro de la gestación menos grave será para el bebé. De todas formas y para asegurar que todo se desarrolla como es debido, se realizan varios análisis a lo largo de la gestación con el fin de controlar que no se haya producido la infección o actuar lo más pronto posible en el caso de que haya contagio.