Diagnóstico y tratamiento de la toxoplasmosis

Una de las enfermedades a las que tienen más miedo las mujeres embarazadas es a la toxoplasmosis, entre otras cosas porque sus síntomas hacen muy difícil detectar que se ha contraído.

La toxoplasmosis es una enfermedad de origen parasitario, cuyos síntomas son muy parecidos a los de un resfriado.

Por lo tanto, la única manera de detectarla es a través de un análisis de sangre, donde aparecen señales de la presencia de sus anticuerpos en el organismo de la embarazada.

En realidad, es muy común y la mayoría de personas la pasan sin darse ni cuenta. El problema se presenta cuando afecta a mujeres embarazadas (porque puede hacer peligrar el feto), o cuando la sufren personas que tienen sus defensas reducidas.


Cómo se contrae la toxoplasmosis


La toxoplasmosis se adquiere al comer carne poco cocida que contiene el parásito, o al limpiar los excrementos de un gato que haya adquirido la enfermedad al comer un roedor o un ave infectada.

Si la mujer ha contraído la toxoplamosis antes de quedarse embarazada, ya se ha inmunizado, y no puede volver a infectarse ni, por lo tanto, contagiar al feto. Pero, si contrae la toxoplasmosis por primera vez, existe un 40 por ciento de probabilidades de que transmita la infección al feto.

Por lo tanto, las mujeres que no hayan tenido la toxoplasmosis con anterioridad, deben evitar tomar leche sin pasteurizar de cabra o vaca, alimentos ahumados y curados.

Una de las principales dificultades para diagnosticar la toxoplasmosis es que sus síntomas son muy parecidos a los de la gripe e, incluso, a los de la mononucleosis. Es decir, las mujeres con toxoplasmosis padecen fatiga, dolores musculares, fiebre y tienen las glándulas hinchadas.


Riesgos de la toxoplasmosis


Los riesgos de la toxoplasmosis para el feto dependen en buena parte del momento en que se contagia la madre. Cuanto más avanzado está el embarazo, más posibilidades hay de que el feto se infecte.

La infección por toxoplasmosis de una mujer embarazada puede provocar un aborto espontáneo o el nacimiento sin vida del bebé. Otros, corren el riesgo de tener infecciones en diversas partes del organismo, neumonía, ictericia, o problemas tan graves como retraso mental y parálisis cerebral.


El tratamiento de la toxoplasmosis


Cuando los resultados del análisis de sangre certifican que una mujer embarazada sufre de toxoplasmosis, debe recibir tratamiento urgente con antibióticos. Esto es muy importan te si el bebé aun no se ha infectado, para evitar la posibilidad de que la sangre contaminada de la madre le llegue al organismo a través de la placenta.

Si el feto está afectado, aun es necesario ir más rápido a la hora de tratar el feto a través de la madre con medicación específica para reducir la frecuencia y la gravedad de los síntomas en el feto. Incluso después de nacer deben recibir medicación durante sus primeros años de vida. Esto es especialmente importante, porque hay estudios médicos que demuestran que la mayoría de bebés infectados que han recibido tratamiento a tiempo, no tienen problemas de desarrollo mental.