Técnicas de respiración en el parto

A la hora de afrontar el parto de forma serena y tranquila uno de los puntos más importantes es el control de la respiración. Es un momento que requiere grandes esfuerzos por parte de la mujer, esfuerzos que serán a su vez variables debido a las diferentes etapas del parto. No será lo mismo la respiración durante la dilatación que en el momento de empujar.

Las diferentes técnicas de respiración son el tema más recurrente en las clases de preparación al parto.

Ayudan a estar relajada y a saber llevar mejor el momento de la contracción, pero no solo eso, una respiración adecuada ayudará al bebé a estar también bien oxigenado.


Técnicas de respiración en el parto


Básicamente se trabajan tres tipos de técnicas respiratorias: Respiración abdominal, respiración inferior y pujo.

La respiración abdominal es una respiración profunda que se utiliza durante la dilatación del cuello de útero. Su objetivo es que la mujer esté lo más relajada posible y sepa afrontar las contracciones que, a medida que se acerca el momento, aumentan en intensidad. Se debe practicar durante todo el embarazo para, una vez inmersas en un proceso que puede durar varias horas, se realicen de forma automática. Se inspira profundamente por la nariz llenando los pulmones mientras notamos como se hincha el abdomen, después se expulsa el aire por la boca contrayendo los músculos del abdomen.

La respiración inferior serían los denominados jadeos que ayudarán a controlar las ganas de empujar en la fase de dilatación y una vez comienza el proceso de expulsión. Se toma aire y se expulsa como si fuese un soplo o un jadeo. Son respiraciones más cortas y pueden ser de tipo nariz-boca, nariz-nariz o boca-boca. La más recomendable sería la primera. No es una respiración sencilla por lo poco habitual, hay mujeres que sufren hiperventilación, así que también es bueno practicarla antes.


La expulsión del bebé


Una vez llegado el momento de empujar para ayudar a la expulsión del bebé, se realizan los denominados pujos. Son dos o tres inspiraciones profundas y cortas, se mantiene el aire retenido y se ensancha el abdomen, se relajan los músculos del periné y se realiza el pujo mientras se suelta el aire.

El objetivo de todas estas técnicas es hacer del parto un momento lo menos duro posible. Controlando la respiración se crea también un control sobre la situación que se está viviendo, y lo que se controla y se conoce resulta más fácil de asimilar y llevar a cabo. No se trata solo de aprender a respirar para este momento final. A lo largo de toda la gestación es recomendable practicar técnicas respiratorias que ayuden a la mujer a relajarse ante situaciones de la vida diaria. Es bueno practicar deportes como el yoga o la natación que implican un importante control de la respiración, esto repercutirá en una mejor circulación sanguínea y por tanto en menos problemas para la madre.

Por último señalar una tendencia que aboga por la vertiente más naturalista. Según sus defensores no es necesario enseñar técnicas concretas ya que es un proceso que la mujer sabe realizar de forma automática cuando se pone de parto. Más allá de algunas indicaciones durante el momento de empujar, se deja que la sabiduría acumulada en el código genético durante siglos de evolución, actúe de forma espontánea.