¿Es necesario hacer un enema antes del parto?

Son cientos las preocupaciones que asaltan a la mujer embarazada cuando se acerca el momento del parto. Sus miedos y temores pueden ir desde las cuestiones más importantes como que el bebé nazca sin complicaciones, a otras más mundanas como que hará si tiene ganas de ir al baño durante el parto.

Todas las preguntas son importantes y tener clara la respuesta ayudará a la futura madre a afrontar ese momento con mayor seguridad y tranquilidad.

Cuando se acerca la hora del parto lo habitual es que el organismo en una llamada de alerta se prepare, y uno de los mecanismos que se ponen en marcha es el de la evacuación. Lo normal es que una vez empiecen las primeras contracciones la mujer sienta ganas de ir al baño, al tratarse de la fase inicial no hay problema y puede vaciar sus intestinos con facilidad y sin molestias. Una vez liberada se puede concentrar mejor en el trabajo que le espera.


Parto sin haber ido antes al baño


Pero hay veces en que la mujer se pone de parto sin que los intestinos se hayan evacuado. Hace unos años esto era motivo para que al llegar al hospital se le colocara un enema para ir al baño, hoy en día es una práctica menos habitual.

Los motivos que se esgrimen es que la evacuación en el momento del parto puede provocar que el bebé se contamine con la materia fecal, en la actualidad esa zona queda cubierta por lo que es muy difícil que esa contaminación se produzca. Aun así va a depender del centro hospitalario, pero también de la propia mujer.

El hecho de que se pueda producir la evacuación debido a los esfuerzos de los pujos es algo que incomoda y preocupa a la mayoría de embarazadas, puede llegar incluso a provocar que no empujen con la fuerza necesaria debido a este temor. Por ello en el caso de que la evacuación no se haya producido con anterioridad, para que la mujer esté tranquila se puede hacer un enema.


El enema es un procedimiento habitualmente incómodo


Pero como decíamos al principio, en la mayoría de los casos el propio mecanismo del parto hace que la evacuación se produzca de forma espontánea. Si la mujer no ha evacuado y llega al hospital será ya el equipo que la trate el que valore la posibilidad de esta práctica, pero la mujer debe saber que no es algo cómodo y también tiene derecho a rechazarlo. El enema es desagradable ya que consiste en introducir en el recto líquidos para estimular la evacuación, que se suele producir a los 15 o 20 minutos y de una forma más acuosa de lo habitual. Este proceso puede provocar que la mujer llegue al parto con molestias en la zona.

De todas formas dependerá de la situación de cada mujer el hecho de aplicar o no este procedimiento, muchas veces será ella la que lo solicite si por ejemplo tiene graves problemas de estreñimiento, otras en cambio no será necesario. Lo mejor es no angustiarse por ello y saber que es una opción que está ahí.