Embarazo en verano

Cada vez es más común que la mujer planifique su embarazo. Los métodos anticonceptivos y la mayor información que existe sobre cuál es el mejor momento para concebir, hace de esta planificación algo más asequible que hace unos años. La incorporación de la mujer al trabajo ha generalizado esta práctica buscando el mejor momento para tener un hijo en función de la situación laboral.

Pero también tienen mucho que ver en estas decisiones las preferencias de la madre, si quiere estar embarazada en vacaciones, con la llegada del frío o con la del buen tiempo.

Por otro lado muchas otras veces, pese a los planes que podamos tener, el buscado niño llega cuando quiere. Pese a todo no está de más conocer las ventajas y desventajas que puede tener el embarazo en función de la época del año.


Desventajas del embarazo en verano


El verano no es la mejor época para una embarazada, especialmente si hablamos del último trimestre. Son muchas más las precauciones que debemos tomar si llegamos a los meses de junio, julio o agosto con un avanzado embarazo. El calor, ya de por si difícil de soportar para el común de la gente, afecta más a la embarazada. Cuenta con un importante sobrepeso, con lo que todo le cuesta más. Este mayor esfuerzo en verano supone un mayor grado de agotamiento y cansancio. También se pierden más líquidos y el calor afecta a su vez al funcionamiento del organismo, por ejemplo es muy habitual que las embarazadas de verano tengan los pies y las piernas hinchados.

Para que todos estos factores no interfieran demasiado en el embarazo, se deben evitar las horas fuertes de calor, también hay que procurar estar en lugares frescos y, ante todo, beber muchos líquidos, para compensar la mayor pérdida que se sufre en estos meses. Las actividades físicas es mejor dejarlas para última hora del día o primera de la mañana, no hay que abandonarlas ya que son más necesarias que nunca para mantener el organismo activo y evitar que molestias como las piernas hinchadas se agraven


Ventajas del embarazo en verano


Pero no todo son desventajas. La embaraza de verano puede disfrutar de buen tiempo, playa y piscina. El agua es una gran aliada de las mujeres en estado, la natación es una de las mejores actividades que se pueden llevar a cabo, y en verano lo tienen muy fácil. El sol, en su justa medida, será positivo, pero evitando siempre el fuerte sol de mediodía y con la protección necesaria ya que la radiación y el aumento de la temperatura corporal no son lo más positivo para el feto en crecimiento. Otra ventaja es el uso de prendas ligeras y cómodas, que ayudan a la madre a sentirse a gusto, no debe preocuparse por abrigos, jerséis u otras prendas que si se está embaraza en invierno suponen un factor a tener en cuenta.

Por último, el hecho de estar en la fase final de embarazo en verano, supone que nuestro hijo nacerá también con el buen tiempo lo que siempre es una ventaja. Sus primeros meses le acompañará un clima ideal, aunque eso sí, también vivirá su primer invierno a los pocos meses de nacer.