¿Qué es el líquido amniótico?

Aproximadamente a los 12 días de gestación, empieza a formarse el saco amniótico en el que se resguardará el embrión y más adelante el feto durante el embarazo. Prácticamente desde su formación, el saco comienza a llenarse de un fluido líquido que rodeará y amortiguará al embrión en desarrollo; el líquido amniótico.

El líquido amniótico permite que el embrión y posteriormente el feto, realice los movimientos fetales, al proporcionarle suspensión hidráulica y evitar que se peguen demasiado las paredes del útero.

A medida que el saco amniótico y el feto van creciendo, la bolsa se va rellenando cada vez más de líquido amniótico, llegando a alcanzar un volumen cercano a los 1000ml en la 34 semana de gestación.

A partir de ese momento desciende el volumen de líquido que normalmente en el término del embarazo alcanza valores de entre 600ml y 800 ml.

Mediante la exploración ecográfica se mide de forma semicuantitativa el volumen de líquido amniótico para descartar exceso o defecto del mismo.


¿Cómo se forma el líquido amniótico?


El origen del líquido amniótico va cambiando a lo largo de la gestación. Al principio, las dos primeras semanas, está formado principalmente por agua y trasudado de plasma materno. Cuando pasan aproximadamente 10 semanas, el feto produce parte del líquido amniótico que contiene proteínas, carbohidratos, lípidos, fosfolípidos, electrolitos y urea.

Desde la 18 semana de gestación, el líquido amniótico es producido activamente por el feto:

– Diuresis fetal: la mayor parte del líquido amniótico está compuesto por orina fetal. El feto produce grandes cantidades de orina diariamente que aumentan conforme avanza la gestación.

– Fluido traqueal: secreciones del tracto respiratorio.

– Trasudado de líquidos entre sangre fetal y la cavidad amniótica.

Las últimas semanas de gestación, la mayor parte de líquido amniótico está compuesto por orina fetal.


¿Cómo se renueva el líquido amniótico?


Durante el embarazo, el líquido amniótico circula continuamente, el bebé lo inhala y traga para posteriormente volver a expulsarlo.

Hasta la 18 semana, el líquido amniótico se elimina por proceso de trasudación.

A partir de la 18 semana en adelante, la vida media del líquido amniótico es de 90 minutos. En cuestión de solo 3 horas, todo el líquido de la bolsa se ha renovado. Este proceso se realiza de la siguiente forma:

– Deglución fetal (tragar) y reabsorción intestinal. El feto traga más de 20ml/hora.

– Trasudación del líquido a través de pulmón y piel fetales.

– Trasudación a través de membranas y cordón umbilical-

Lo que conocemos como “romper aguas”, ocurre cuando el saco amniótico libera su contenido. Si esto sucede al final del embarazo, durante el parto, se le denomina “ruptura espontánea de membranas”. Cuando se presenta antes de que el embarazo llegue a término, se denomina “ruptura prematura de membranas”.

El resto de líquidos, permanecen en el interior del útero hasta el nacimiento del bebé.


¿Qué ocurre si hay exceso o defecto de líquido amniótico?


Cuando existe una acumulación excesiva de líquido amniótico hablamos de polihidramnios y cuando se presenta una disminución o falta de líquido, recibe el nombre de oligohidramnios.

En ambos casos, pueden darse algunos problemas para el feto o la madre aunque en la mayoría de ellos, el embarazo continúa normalmente y llega a término correctamente.